InicioultimasOpiniónEl "merecido reconocimiento" que Ovalle tiene pendiente

El «merecido reconocimiento» que Ovalle tiene pendiente

La Perla del Limarí mantiene una deuda sin saldar con uno de los vecinos más ilustres que eligió esta tierra para vivir y quedarse eternamente. 

Siempre nos quejamos en Ovalle que somos despreciados por el país, que apenas salimos en la TV, que nos quitaron el mar tongoyino. Sin embargo, hay quienes nos aprecian como el artista y fotógrafo Sergio Larraín quien hace unos años caminaba tranquilo por la plaza de armas de Ovalle, ciudad en la que eligió vivir.

Somos pocos los que elegimos voluntariamente vivir en Ovalle. La Serena atrae mucho y Santiago, ni que hablar.

Don Sergio estudió en  Estados Unidos  ingeniería forestal, pero luego se decidió por la fotografía y gracias a Henri Cartier-Bresson, entró como miembro asociado en 1959 de la agencia Magnum y con pleno derecho a partir de 1961. En 1966 colaboró con sus fotos en el libro de Pablo Neruda titulado Una casa en la arena.

Su libro más importante fue Valparaíso, aparecido en 1991, mientras que su último libro, London, se publicó en 1998.

Don Sergio escogió Ovalle para vivir y falleció en su casa de la calle Socos en la Perla del Limarí, el 7 de febrero de 2012, lugar al que acudí en la mañana del día siguiente a saludar a su hermana con un ramo de rosas porque lo consideraba un amigo sencillo y amable.

Quien pese a su fama, era simplemente un buen vecino, un hombre pacífico con más luces que sombras. Yo lo encontraba tímido, pero para muchos es un gurú. Desde su muerte y a la fecha, a nivel mundial, se le han hecho innumerables homenajes y reconocimientos.

El último salió publicado este 11 de diciembre 2016 en el diario la Tercera.

En Ovalle, la ciudad que él eligió, en la que caminó, compartió y vivió, aún no se le ha hecho ninguno. Ni siquiera una callecita extramuros lleva su nombre, pese a que la obra de Larraín se encuentra en diversos museos y colecciones, como el MOMA de Nueva York o el Castillo de agua Laganne en Toulouse.

¿Vale la pena, entonces, elegir Ovalle para vivir? O nuestras autoridades democráticas no tienen ganas de saludar a un artista que hoy vive en el mundo de las ideas. Hoy no lo tenemos entre nosotros, ha perdido su energía vital y no puede ya caminar por la ciudad comprando al mediodía “El Mercurio” en el Kiosco de Sara.

sergio-peralta-moralesPero ese vecino-artista merece nuestro recuerdo – y pido – que al menos una sala de arte o una pequeña calle pueda llevar su nombre. Para nosotros fue un vecino amable, sencillo y tímido. Para otros un gurú del arte y fotografía, cuya obra acaba de publicar Ediciones Xavier Barral de París distribuida en Chile por la Librería Francesa y presentada el lunes pasado en la Casa La Chascona de Pablo Neruda que revela la faceta más íntima del fotógrafo.

No sigamos entonces, haciendo pucheros cada vez que el país nos ignora, si los aquí democráticamente elegidos omiten e ignoran a uno de los más grandes artistas mundiales de la fotografía y que fue, en realidad, un sencillo vecino de Ovalle.

Sergio Peralta Morales

OvalleHoy.cl