Eran imágenes que creíamos sólo se veían en la televisión y captadas en grandes ciudades, la de ambulantes huyendo de los carabineros al estar trabajando en lugares prohibidos. Pero ahora las podemos ver a diario en nuestro paseo peatonal.
En las últimas semanas un grupo de alrededor de 4 ó 5 comerciantes ambulantes se instala en el paseo comercial con sus puestos de bisutería, vestuario, etc para ofrecer a los transeúntes a precios realmente atractivos. Es tal que a menudo gran cantidad de personas se reúne alrededor a ver la mercadería y adquirir.
Pero mientras una persona atiende a los potenciales clientes, uno o dos más están atentos (incluso subidos a un banco) a la aparición de alguna patrulla de carabineros , que por lo demás se advierten a dos cuadros de distancia.
Entonces dan la voz de alarma: “¡Cuidado que vienen los pacos!”.
Y sus colegas rápidamente recogen la mercadería en paños o bolsos y en los minutos siguientes , sentados , se hacen los disimulados observando pasar el carro policial.
Una vez que se han asegurado que el vehículo desaparece a lo lejos y dobla en la esquina, vuelven a desplegar sus productos sobre la acera y continuar con el negocio.
“Son más giles estos pacos”, comentan entre ellos riendo.
Lo cierto es que si no nos preocupamos del tema, en un futuro próximo tendremos el paseo peatonal (que es uno de los pocos espacios libres que van quedando) convertidos en un nuevo Ariztía Poniente o en una Benavente.
