Es de público conocimiento que dentro de las medidas que las autoridades han adoptado para controlar y enlentecer la propagación del virus, han instaurado puntos de control sanitarios, así como apostar a personal civil como militar en el apoyo de la fiscalización de las personas, al interior y fuera de las ciudades. En que NADIE está exento de se ser fiscalizado.
La diferencia puede darse que hay personas que tienen un “permiso especial” para poder desplazarse en zonas que están en cuarentena total como son por ejemplo las ciudades de La Serena y Coquimbo ya que por el tipo de actividad que realizan tiene esta “prerrogativa más laxa” como el personal del área de la salud, los encargados de recolectar los desechos domiciliarios, los que se encargan del transporte tanto mercadería como de personas, etc. no están sujetos a estos dos permisos para el cumplimiento de sus funciones, pero que de igual forma pueden ser controlados, pues nadie está por sobre la Ley.
A excepción al parecer del supra ciudadano militante del Partido Comunista, el Diputado Hugo Gutiérrez, que integra curiosamente al partido que históricamente se ha atribuido la defensa de la igualdad de las personas y la supresión de todo privilegio en todos los ámbitos (económico, político, social), ya que ese es su slogan y eje de sustento que pretenden proyectar al electorado, y digamos que sólo lo proyectan, porque en la práctica es otra cosa. El señor Gutiérrez podría ser indicado como el hombre símbolo de todo lo que las personas decentes, trabajadoras, amantes de su patria, del respeto, del patriotismo, detestan y que es el invocar un privilegio, el exigir un trato distinto, ya que se siente que puede ubicarse por sobre el resto de los ciudadanos, cuestión que lo dice al señalarle a parte de la patrulla de la Armada de Chile que lo controla en sus labores de fiscalización sanitaria, “yo soy más autoridad que Ud., si Ud. me controla a mí, yo lo voy a controlar a Ud., porque si nos controlamos entre todos esto sería un problema”. Luego manifiesta que si lo fiscalizan “él tiene que denunciar a quien lo controla a la Cámara de Diputados”.
Lo que es inaceptable y demuestra una actitud propia de los regímenes totalitarios, invocando que se le debe dar un trato distinto siendo que es uno de los vociferantes de la igualdad y promotor de cuanta querella uno pudiera pensar, de hecho su actitud me recuerda una frase esgrimida por don Winston Churchill, que dijo “los fascistas del futuro se llamarán asimismo antifascistas.” y cuánta razón tenía… Las expresiones vertidas por el Diputado Gutiérrez durante la fiscalización sanitaria resultan además de lamentables, sumamente graves.
Ya que durante el control sanitario que le estaban realizando, al requerir su cédula de identidad y permiso temporal el Diputado Gutiérrez desciende del vehículo con una actitud prepotente y amenazante y en vez de exhibirles los documentos que le solicitaron, les exhibe un documento, que al parecer es algún tipo de identificativo de la Cámara de Diputados, negándose a mostrar la documentación requerida, teniendo no sólo palabras sino actitudes que pretendía amedrentar a quienes estaban cumpliendo con su deber. Si a lo anterior le sumamos que el Diputado es abogado y por lo tanto debiese conocer sus prerrogativas y límites y que de no ser así, la propia Ley, indica que nadie puede alegar ignorancia de la ley, por lo que va señalando durante su “plática” con el personal de la Armada es ridículo.
Además, su frase de “yo soy más autoridad” que le arroja a la patrulla que lo fiscalizaba, que además de ser arrogante, es falsa y confunde ciertos privilegio que la Constitución y las leyes le otorgan con el fuero parlamentario pero que no lo enmarcan ni eximen de lo que él trata de hacer ver. Su comportamiento no hace más que revelar su verdadera esencia, lo que es el Partido al que adscribe que no son más que una enorme contradicción entre la teoría y la práctica, pues por un lado dice que debe existir igualdad entre todas las personas y la supresión de todo privilegio en todos los ámbitos, pero por otro lado pretende que se le dé un trato privilegiado. En definitiva, el “resto” somos iguales, pero él y sus amigos pertenecen a una casta distinta, ellos no son iguales a nosotros, ¡no! ellos son intocables.
Susana Verdugo Baraona