El libro, contiene la obra seleccionada de diecinueve poetas de la Región de Coquimbo. Entre éstos, tres de la provincia del Limarí
“El Túnel 2.0, poesía contemporánea de San Juan y Coquimbo” reúne a una veintena de los más destacados poetas de la provincia de San Juan, Argentina y a otra similar de la Región de Coquimbo. La selección de los textos la hizo el sociólogo de la U. de San Juan, José Casas Castro y el poeta, Arturo Volantines Reinoso.
Esta obra es continuadora de la antología Poesía contemporánea de Los Andes, que se publicó hace diez años por los acuerdos del “Comité de Agua Negra” y que estaba absolutamente agotada. De esa antología que reunía, como esta, a poetas vivos, en este lapso, han fallecido los poetas argentinos: Leonidas Escudero, José Campus, Víctor Nobre y Adrián Campillay; y de la parte chilena, Tristán Altagracia y Juana Badoin.
El Túnel 2.0, poesía contemporánea de San Juan y Coquimbo contiene los prólogos de José Casas, el cual se refiere a la parte chilena y Arturo Volantines se explaya en la parte argentina. Esta obra está hecha en el denominado “estilo canadiense”; o sea, por un lado, está la parte chilena y por el otro lado, la parte argentina.
La selección argentina ha sido muy rigurosa y duró muchos meses para seleccionar a los poetas que vienen en esta obra. La provincia de San Juan tiene una fuerte tradición literaria y folclórica, y entre sus cultores internacionales cuenta a Domingo Faustino Sarmiento, Buenaventura Luna y Jorge Leonidas “Chiquito” Escudero. Cinco autores argentinos de la antología anterior vuelven a aparecer, pero los restantes brotan por primera vez en una antología editada en la región de Coquimbo. Los antologados de la parte argentina y que obedece obviamente a criterios estéticos, son: Víctor Nobre, Reyna Domínguez, José Casas, Graciela López, Ricardo Luis Trombino, Juan Carlos Muñoz, Delia Beatriz González, Marisa Cangialosi, Adrián Campillay, Pablo Bernal, Alfia Arredondo, Adriana Luna, Federico Araya, Inés de Eguaburo, Damián C. López, Bruno Dibella, Felipe Peralta.
TRES POETAS LIMARINOS EN LA PARTE CHILENA
La parte chilena del Túnel 2.0 contiene la obra seleccionada de diecinueve poetas de la Región de Coquimbo; entre éstos, dos del Choapa y tres del Limarí. Esta selección fue el trabajo de muchos años estudiando, recopilando y asistiendo a lecturas. En la región, hay más de doscientos cultores de este arte, que le ha dado tanto prestigio a nuestro país. Particularmente, esta región tiene una reputación importante, ya que sus poetas han logrado un Premio Nobel y varios Premios Nacionales de Literatura. Por ello, resulta difícil hacer una selección. Y, aún más, implicó dificultad enorme seleccionar las piezas que aparecen en esta antología. Están representadas todas las Generaciones contemporáneas de poetas vivos en la región. Desde poetas con una larga trayectoria nacional e internacional, como los doctores y académicos: Walter Hoefler y Cristian Vila Riquelme. También, están presentes todas las tendencias que incluye la poesía más tradicional e influenciada por la lírica española, pero también la poesía sin estructuras métricas, como son los casos de Juan Marambio, Kundalini, Paulo San Paris, Fernando Vargas, entre otros. Además, se incluyen tres mujeres, una por cada provincia: Alicia Mondaca, Yanny Morales y Wilma Borchers. La importancia en esta selección es que se puede percibir que este arte goza de buena salud en la región y que sus poetas han sido considerados en premios, publicaciones y reconocimiento en otras regiones de Chile y del mundo. Es cierto que no están todos. Esto siempre es una pretensión que choca contra la realidad, pero están casi todos. Y los que están, de todas maneras, tienen que estar. Los autores de la parte chilena son: Juan Marambio, Walter Hoefler, Sergio Godoy, Wilma Borchers, Samuel Núñez, Luis Barbieri, Cristián Vila, Ramón Rubina, Yanny Morales, Deloy Nédito, Alicia Mondaca, Benito C. Chacana, Gonzalo Hernández, Ignacio Herrera, Víctor Arenas, Ricardo Araniva (Cristián Geisse), Cristián Brito, Paula San Paris, Fernando Vargas.
En el prólogo del segmento chileno, José Casas, dice: “Existe un largo pasado común que nos une, pero no se trata de repetir frases hechas sino de dar nuevas significaciones a esta realidad histórica y cultural de nuestros pueblos. Este libro reafirma la tradición de hermandad y la ensancha, la expande. Reafirma la tradición de amistad entre los poetas de ambas regiones de la cordillera. Contribuye desde la poesía, quizá la más inasible, bella y dolorosa de las expresiones artísticas humanas. Poesía y poetas puestos en el oficio, en la tarea de embellecer el mundo, de decirle cosas a los hombres y mujeres, a descubrir la infinidad-infinitud de la existencia social y subjetiva.// En la década del noventa llegó un grupo de poetas de la región de Coquimbo a San Juan; el poeta Víctor Nobre se comunicó con ellos y desde entonces se produjo un recorrido de poetas yendo y viniendo de un lugar de la cordillera al otro: encuentros, recitales, exposiciones, presentaciones de libros, homenajes, antologías poéticas. Antologías poéticas como la preciosa edición chilena de Poesía contemporánea de Los Andes de 2005 y la presente, que indica una continuidad y discontinuidad con la primera. Estas antologías de poesía, a la que cabe agregar la Primera antología de narrativa contemporánea argentino-chilena “Encuentro de Los Andes”, edición reciente, casualmente a la par que esta”.
En la parte argentina, Arturo Volantines, señala: “Hemos tenido la fortuna de conocer la poesía de San Juan, a finales del siglo XX y la hemos vivido, en el comienzo de este, y, puedo asegurar, que voces como Campus, Escudero y Nobre, incuestionablemente, son aporte para consolidar su ser y su destino.// Jorge Leonidas “Chiquito” Escudero se ha vuelto un árbol grande de la poesía florecida de San Juan; las generaciones posteriores son abejas relacionadas con este árbol que devienen de una clara tradición común. Escudero es un poeta del ethos, “creatura regional” y continuador de las tradiciones de su pueblo. Apostó a una poesía de los imposibles cerca del folclor y del hablante popular. Se mantuvo lejos del experimentalismo centralista; ya que su modo poético fue vivencial y montaraz, siempre a punto de perderse y de nunca llegar; ahogándose de sed al borde del pozo. Creo que su poesía deja un legado de encontrar el vellocino de oro, que él no halló, pero que seguro las nuevas generaciones sí encontrarán. Escudero fue un tropero muy lejano de los cánones de la literatura oficial argentina. Este poeta nos deja un desafío y no solo a la poesía de San Juan, sino también a nuestro Norte Infinito, a pesar que reiteradamente lo invitamos y nunca vino.// Desde un país menos folclorizado se ve claramente la influencia que ha ejercido este en la poesía de San Juan y de hecho, varios autores de esta antología son cultores de algunas de sus expresiones. Por ello, la poesía que acompañamos tiene la acumulación del ethos macizo del Noroeste; es su gran fortaleza, pero también es cuchillo de doble filo; porque tiene la tarea del quiebre y continuidad. Y si el individualismo y los proyectos necesariamente individuales no la degüellan, sus poetas actuales pueden llevar los arreos de las palabras que asoman por las montañas de Sarmiento, Luna y Escudero a parajes ignotos y dar el salto cualitativo en la historia de la literatura latinoamericana. Y, decir, a lo menos, como Guillermo Ara, respecto a Sarmiento y otros: “…pusieron fe en un lenguaje nuevo, en el idioma de la conversación y de la calle. Percibieron que allí balbuceaba la posibilidad de un decir original y argentino”.