Hoy, las mujeres de nuestro país se ven enfrentadas a una propuesta que directamente pone en riesgo sus derechos sexuales y reproductivos.
Este Domingo 17 de diciembre nuestro país debe plebiscitar la propuesta constitucional emanada desde el Consejo Constitucional. Pero este domingo no sólo elegimos si estamos en contra o a favor de esta propuesta, sino también decidimos de forma relevante el país en el que queremos vivir y también el país que queremos legar.
Esa trascendencia que hoy es vital se hace carne en temas tan relevantes como la protección de derechos fundamentales, del rol que el Estado tiene en la vida de todas y todos y de cómo nuestro país protege a los suyos. Y es en esos aspectos centrales que esta propuesta no sólo no garantiza estándares mínimos en algunos aspectos, sino que también significa un verdadero retroceso en aspectos fundamentales.
Hoy, las mujeres de nuestro país se ven enfrentadas a una propuesta que directamente pone en riesgo sus derechos sexuales y reproductivos. El aborto en 3 causales, la entrega o compra de la píldora del día después son sólo algunos de los eventuales retrocesos, situación que afectará a niñas, adolescentes y mujeres, tanto en casos de inviabilidad como de violación, lo que no sólo es aberrante, sino que nos hace retroceder décadas y nos deja nuevamente en la más absoluta indefensión.
Además, temas tan vitales como salud, educación, vivienda y pensiones continuarán y profundizarán la lógica de “sálvese quien pueda” o “tiene la libertad de acceso sólo si tiene los recursos”, segregando, aumentando las brechas ya existentes en una sociedad que ha luchado fuertemente por combatir la desigualdad. Hoy cuando decimos que se perpetuará la mirada subsidiaria del Estado hablamos directamente de decirle a las y los vecinos que el acceso público a derechos tan relevantes será limitado, que nada asegurará que nuestras personas mayores posean pensiones dignas, y que la salud que recibamos dependerá del tamaño de nuestro bolsillo. A esto, debemos sumar la objeción de conciencia institucional, que en vez de fomentar la libertad segregará y discriminará aún más fuerte.
Esta propuesta, que inclusive hará más compleja la lucha contra el crimen organizado y narcotráfico, contra los delitos de cuello y corbata y que a través de la burocratización de la administración pública hará más complejo aún el combate de la corrupción es a todas luces un riesgo latente, un riesgo que nuestro país no se puede permitir, y que nos lleva a votar con fuerza y claridad en contra.
Por: Carolina Tello, Diputada de la República