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En el tema de las drogas no basta con crear alianzas entre el estado y la sociedad civil

Sr. Director: En un Periódico local, con fecha 15 de junio del presente, aparece una noticia relacionada con la inauguración del Centro de tratamiento IMSA, que contó con la presencia del Director Nacional de SEN DA, la Intendenta Lucía Pinto y otras personas.

Respecto de las declaraciones de ellos y particularmente del Director Sr. Carlos Charme. Permítame decirles:

“NO BASTA CON CREAR ALIANZAS ENTRE EL ESTADO Y LA SOCIEDAD CIVIL, EN EL TEMA DE LAS DROGAS”. Eso realmente “NO cambia vidas (en plural)”.

O Quizás sí… Sí, algunas vidas, poquitas vidas. Aquellas que tienen el “deseo” de rehabilitarse, aquellas o aquellos que tienen la voluntad de querer rehabilitarse. Y esas personas, son muy pocas, como pocos, poquísimos son los cupos que existen en los Centros de Rehabilitación, especialmente en nuestra región.

Es un problema complejo, especialmente en  jóvenes que han cumplido su mayoría de edad (hablo de los “adultos jóvenes”); hoy, el Estado, el Gobierno, ni los Gobiernos pasados, ni los Parlamentarios, ni el Ministerio de Salud,  “ninguno de ellos se han hecho  cargo de éstos jóvenes y jovencitas”. Cuando hablamos de consumo problemático, estamos hablando ya, de personas cuya “ADICCIÓN”, SE HA TRANSFORAMADO EN UNA ENFERMEDAD. Por ello, “su voluntad”, es el peor escollo.

En los menores de 18 años existe la posibilidad de “obligarles” a someterse a un proceso de rehabilitación, por medio de los Tribunales de Familia (y que Yo creo,  escasamente ocurre) o en los propios Tribunales de Garantía o, en Los Penal, a través de penas accesorias (cuando se pide). Sin embargo, aquí nos encontramos con la falta de Centros de Rehabilitación, particularmente en Modalidad “Residencial”.  

Para los adultos jóvenes (entre 18 y 30 años) y según mi absoluto convencimiento,  aún tienen la posibilidad de lograr combatir la adicción; para ellos no existe un reglamento de “obligatoriedad”, mucho menos una Ley que los obligue a una rehabilitación o a una internación para alcanzar el objetivo… TODO ES VOLUNTARIO. Sin embargo, la experiencia de tantos casos conocidos, me confirma que resulta “imprescindible la obligatoriedad en aquel  o aquella que ha perdido la voluntad del ser”. Algunos, cuyo excesivo consumo (pues el propio cuerpo, cada vez le pide más y más), llegan a la intoxicación, a ejecutar episodios suicidas; hay que lograr primero, que exista una resolución sanitaria del Servicio de Salud  “Regional” que ordene su internación en contra de su voluntad por atentar contra su vida para desintoxicarlos, pero el “milagro” de la internación se sucede después de mucha lucha por parte de los profesionales de la salud que llevan el caso y de  la propia Familia para conseguir un “cupo” en algún hospital Psiquiátrico del país; después… viene lo triste y lo amargo de lo que se invierte, la “desintoxicación” pasa hacer liza y llanamente unas “simples vacaciones”, pues no se consigue, ni existe el tiempo suficiente, ni el profesional  idóneo  para “CONCIENTIZAR” al adicto que debe subsiguientemente continuar “voluntariamente” con un proceso de rehabilitación en un Centro Terapéutico Residencial, ya que el “ambulatorio” no le es pertinente. Lo primero que “le dice” el Encargado del Centro, o la Asistente Social o la Psicóloga que lo atiende es: Que su proceso “es voluntario”. Sencillamente de esta manera (sin omitir, ni obviar) les abren las puertas de par en par y estos jóvenes vuelan al consumo nuevamente y la situación se transforma en círculo vicioso donde finalmente todo lo avanzado se pierde en un abrir y cerrar de ojo.

Es aquí, donde Yo hago un llamado a los grandes pensadores del Parlamento, a las Comisiones de Salud del Congreso Nacional,  al Gobierno, al Ministerio de Salud, a preocuparse de la salud mental de nuestros jóvenes, si la misma Intendenta  habla de cifras siderales; la droga hoy, es como la lepra de tiempos antaños. Entonces… a combatir la peste,  a buscar una fórmula en conjunto, Poderes del Estado y Profesionales especializados en la materia.

Por eso Sr. Charme, sus pomposas palabras, no me convencen, ni satisfacen; debería estar inaugurando decenas de estos centros (Apropiados) y no sólo ambulatorios… “residenciales”. Sin embargo, poco importa lo que Yo piense o diga a través de este medio; pues lo realmente importante es que haya una política de estado que aborde seriamente la problemática. Hoy, ni siquiera existe un stop publicitario, que convenza, que llame la atención de nuestros jóvenes, que los concientice, que los haga por lo menos “cuestionarse”.

Lo otro, lo otro dice relación con la idoneidad de los profesionales que trabajan con estos jóvenes en la rehabilitación de alcohol y drogas, sea residencial o ambulatoria; existen unos cuantos que lamentablemente dejan mucho que desear y que difícilmente se logrará el objetivo; (una situación parecida, a lo que ha ocurrido por años en el SENAME).

Un joven o jovencita que ha caído en un  consumo problemático y abusivo de drogas y alcohol, pierde en primera instancia la conexión con sus emociones, el amor a la vida, la desvinculación familiar es un hecho real  y sus valores sociales se desvanecen; por lo tanto, hay que reeducarlos y hay que reinsertarlos en la familia y en la sociedad. Para ello debe existir un tratamiento “integral-real” y por sobre todo, por sobre todo, el convencimiento de que la rehabilitación existe, que se puede; y que la Familia, en especial  los Padres, “LA MADRE” (pues miserablemente en muchos casos el hombre abandona)  tengan  la fuerza y el valor de luchar  para sacarlos adelante; “no rendirse jamás”; muchas veces esa lucha está, pero fallan las instituciones (conformadas por cierto, por “personas” (incompetentes), falla el estado; profesionales escépticos que no creen siquiera en sus propias virtudes profesionales y finalmente, hay familias que también se rinden y abandonan.   

Hay tantas aristas en el tema, tantas responsabilidades conjuntas, empezando por los Padres, hay que hacer un “mea-culpa”, pero cuando la situación está desatada hay que ponerle el pecho a las balas…. De prevención “nada”, de educación “menos”; el “Estado”… “duerme”.

Por otra parte… Están los grandes defensores de la “marihuana”, que han logrado hacer creer a nuestra juventud que ésta es “inofensiva”. QUE EQUIVOCADOS ESTÁN. Deberían preguntarle a esas miles de madres que tienen a un hijo caído en las drogas… cómo comenzaron. Deberían preguntarle a esos miles de jóvenes, cuáles fueron sus inicios, estoy segura que ninguno de ellos comenzó echándose polvito en la nariz.

Finalmente… Expertos de la Pontificia Universidad Católica de Chile, tanto del Equipo PADEU como otros expertos dan a conocer su opinión sobre este tema, destacando datos científicos sobre los riesgos asociados a la marihuana, en parte dice:

“El consumo temprano de cannabis es un factor de riesgo significativo tanto para experimentar un trastorno relacionado con sustancias, como para instar el consumo de otras drogas”. (Lynskey et al., 2003).

Cecilia C. T.

OvalleHoy.cl