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En Memoria de Cecilia Margarita Guzmán Rojas (QEPD)

El día 19 de junio pasado fuimos sorprendidos por la muerte imprevista de nuestra querida prima y hermana Cecilia Margarita Guzmán Rojas. El Señor la llamó desde el tranquilo Valle del Limarí.

Cecilia había nacido en Ovalle el 10 de mayo de 1939; hija de Santiago Guzmán y Elba Rojas, sobrina de Nemesio Guzmán y Donatila Vega, quienes la consideraban su hija. Perdió a su madre a muy temprana edad, viviendo luego con su abuela Margarita y su tía abuela Tomasa, a quienes acompañó en su ancianidad y posterior fallecimiento.
Siendo joven ingresó a trabajar en el Primer Juzgado de letras de Ovalle. Más adelante, trabajó en su kiosco de venta de diarios y revistas, además de ventas de productos de belleza a domicilio. En ambas ocupaciones era muy apreciada por su espíritu de servicio, serenidad y paciencia para atender a cuantos necesitaban de una orientación en sus trámites o en sus compras. Una de sus frases típicas era “¿Qué se le ofrece? ¿En qué lo puedo ayudar?”.
Con su buena memoria, sabiduría y humor compartía a familiares y amigos las anécdotas e historias que había acumulado durante su vida, que reflejan distintos aspectos de la vida ovallina y alrededores, como los viajes a Andacollo y su actividad judicial por los campos alejados de la ciudad. Su relato vivo, muy gráfico, llevaba a quienes la escuchaban, a imaginar el Ovalle antiguo y los distintos personajes de aquellos años, las organizaciones sociales, el comercio, la celebración de las fiestas patrias, fiestas religiosas y otros.
Por su carácter sociable y generoso tenía la capacidad de acoger y ayudar a cuantos llegaban a su casa, sin hacer ruido, silenciosamente. Su amor a Dios y su devoción a la Virgen de Andacollo, se manifestaban en obras, más que en palabras, entrando fácilmente en diálogo y escucha con quienes encontraba en sus casas o en las calles que con gusto recorría.
Vivió 52 años con su ahijada María Cecilia, ahora profesora de artes, quien cariñosamente la llamaba “Nina”; luego también con Ignacio, hijo de Marichi, también profesional, formando una verdadera familia. Fue y será siempre “la madre de corazón” de ambos, quienes tienen hacia ella un gran cariño y agradecimiento. Además, sin saberlo, encarnó la espiritualidad de san Francisco, de amor a la creación, al campo y el respeto y cuidado de los animales domésticos que la acompañaban.
Su preocupación alcanzaba también a sus familiares más cercanos y lejanos; en el último tiempo en forma especial a los más pequeños, quienes recuerdan con gran cariño a “la Tía Chiche”.
Cecilia vivió intensamente sus 83 años. Deja un recuerdo imborrable de amor, alegría, cordialidad con todos. Siendo soltera nunca se encerró en sí misma, sino que entregó mucho de su tiempo y recursos a organizaciones queridas por ella: los Bomberos de la Primera Compañía de Ovalle, donde había servido por años su tío Nemesio y su abuelo Fabián, al Baile de Chinos y Danza Tamayinos, al Comité de Navidad, protagonista de históricas representaciones del Pesebre en diciembre de cada año.
Creemos que en ella se hace realidad el Salmo 23 con sus consoladoras palabras: “…el Señor es mi Pastor, nada me falta, él me conduce a fuentes tranquilas, allí repara mis fuerzas…”
Cecilia, gracias por todo. Descansa ahora en los brazos del Padre bueno y misericordioso.

ZGV

OvalleHoy.cl