Mario Gustavo Gálvez Astorga, de la parroquia “San Vicente Ferrer” de Ovalle, y Juan Carlos Gutiérrez Arellano, de la parroquia “Ntra. Sra. del Carmen” de Monte Patria, recibieron la ordenación diaconal en Eucaristía presidida por Mons. René Rebolledo.
Mucha alegría y emoción en los fieles de la Vicaría del Limarí, ya que en la Eucaristía celebrada en la parroquia “El Divino Salvador” de Ovalle, que fue presidida por el Arzobispo de la Serena Mons. René Rebolledo, recibieron el ministerio del diaconado permanente Mario Gustavo Gálvez Astorga y Juan Carlos Gutiérrez Arellano.
Junto a sus familiares, amigos e incluso una delegación de transportistas, sus compañeros de trabajo, llegó don Gustavo, como lo conocen sus cercanos, quien realizará su servicio pastoral en la parroquia “San Vicente Ferrer” ubicada en pleno centro de la capital limarina. “Me emocionó mucho que llegara gente de distintas partes, con mucho sacrificio al recorrer largas distancias. Le agradezco especialmente a mis padres, quienes desde muy niños sembraron en nosotros la semilla de la fe en toda nuestra familia. Asimismo, he sentido mucho el apoyo de las comunidades a las que hemos servido, a quienes le debemos mucho y esperamos retribuir su cariño y afecto con nuestro servicio en este ministerio”, destacó.
Por su parte, don Juan Carlos fue acompañado por su familia y los fieles de la parroquia “Ntra. Sra. del Carmen” de Monte Patria, lugar donde servirá como diacono permanente. “Estoy muy feliz y emocionado, en especial por la gran cantidad de gente que nos acompañó. Mi intención ahora es entregarme a los brazos del Señor para que guíe mi caminar por el diaconado permanente, servirlo a Él y a su Pueblo fiel. Continuaré trabajando con las comunidades de Monte Patria, teniendo siempre presente que estamos al servicio de los fieles y a las personas que lo necesiten”, enfatizó.
En la santa Misa participaron gran cantidad de fieles, junto a varios diáconos permanentes y sacerdotes, entre los que destacó el Vicario General, P. Cristián Montenegro, el Vicario de Limarí, P. Jorge Arancibia, y el Director de la Escuela de Diáconos, P. José Luis Flores, quien indicó: “parte del rito de la ordenación pregunta si la persona es digno frente al Señor, pero sabemos que nadie lo es. Sin embargo, Él igual nos llama, a partir de nuestras debilidades, de nuestra humanidad, para que puedan servir al Pueblo de Dios. Ellos pasaron por un largo proceso de preparación para llegar a este momento feliz, y así recibir a estas dos nuevas vocaciones que pertenecen al servicio de la Iglesia Arquidiocesana”.