Fueron vistos por una vecina que llamó a carabineros e identificó a uno de los delincuentes. Y aunque el defensor pidió que fuera revelada la identidad de la testigo, magistrado declaró legal el procedimiento policial.
Eran alrededor de las 15.00 horas del jueves una vecina de la calle Abdón Jiménez en la parte alta de Ovalle observó a un sujeto joven que salía en actitud sospechosa desde la casa de una vecina que no se encontraba en ella, y llamó a carabineros.
Los policías concurrieron y procedieron a hacer un control de identidad a un sujeto que estaba en las proximidades del lugar. La denunciante al observar esto, volvió a llamar para precisar que ese era el sujeto al que había visto salir de la casa.
Momentos después otro individuo fue encontrado en el inmueble y también fue detenido, recuperándose dos bolsos y una mochila con diversas especies.
Los antisociales para ingresar a la casa habían saltado la reja perimetral y luego sacando de un base la reja de una ventana.
Los detenidos fueron identificados como los hermanos Diego y Mario Cerda Bolvaràn y en la mañana de ayer viernes conducidos hasta el Juzgado de Garantía de Ovalle donde el defensor público Gerardo Tagle solicitó al tribunal declarar ilegal el procedimiento policial por cuanto la denuncia había sido efectuada por una presunta testigo sin identificar.
El Juez Luis Muñoz rechazó la solicitud y dio lugar a la audiencia de formalización de cargos en contra de ambos detenidos por el delito de robo con fuerza en lugar destinado a la habitación.
Y como ambos hermanos tienen un frondoso prontuario de condenas por distintos delitos y cumplen penas sustitutivas, también accedió a dejarlos en prisión preventiva durante los 60 días que se prolongue la investigación por ser su libertad un peligro evidente para la seguridad de la sociedad. En la misma oportunidad fue fijada una audiencia de cierre para el 18 de julio a las 9.00 horas.
UN FLAGELO PARA LA SOCIEDAD
El juez Luis Muñoz Caamaño justificó su decisión puntualizando que los robos en lugares habitados o domicilios constituyen en la actualidad un flagelo de nuestra sociedad, que genera una alta sensación de inseguridad ciudadana.
Esto obliga a los ciudadanos , agregó, a contratar empresas de seguridad, instalar cámaras, rejas, a organizarse en sus barrios , aunque no siempre con buenos resultados.
“El hogar de una persona debería ser el lugar más seguro, pero esto no es así”, concluyó.
