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En todas partes se cuecen habas

Lo de las metas diarias a cumplir en relación a multas en carabineros era como esos mitos campesinos, que circulaban de boca en boca desde tiempos inmemoriales, como la gallina con pollos, la Llorona, el guecubo, las brujas de San Julián, etc: todos sabían de ellos, pero nadie había visto uno.

Recuerdo esa oportunidad en la que viajaba en un taxi colectivo , hace algunos años, y nos paró un funcionario policial frente a la Plaza de armas. Revisó con atención los documentos personales y de la máquina, y luego empezó a buscar alrededor del vehículo. Finalmente pidió que encendiera los sistema de luces, hasta que descubrió que el señalizador derecho funcionaba, pero incorrectamente.

Con una sonrisa en los labios regresó donde el conductor para anunciarle que le haría una citación al Juzgado de Policía Local. Este se encogió de hombros y recibió el papel.

Cuando nos alejábamos explicó que era inútil iniciar una discusión porque igual recibiría la multa.

“Es que ellos salen de la comisaría con metas que cumplir, regresar con tantos partes durante el día”, aseguró.

¿Por qué lo sabía tan bien? Nuevo encogimiento de hombros: “Todo el mundo lo sabe”, dijo.

Y ahí quedó la conversación porque llegó mi paradero.

Hace un par de semanas veía en la televisión uno de los capítulos de la Segunda Temporada de la serie norteamericana “Sobreviviente designado”, en la que un funcionario de la Casa Blanca viaja con su hermano menor en un automóvil por el centro de Washington, y los detiene un policía. El policía no tiene atribuciones para registrar el interior del vehículo, pero inventa un pretexto y lo hace, y en la mochila del joven descubre una buena cantidad de productos farmacéuticos de consumo restringido.

Cuando el funcionario gubernamental se presenta en el tribunal su abogada sorprende a la Fiscalía consultando al policía de cuantas infracciones había cursado ese día, explicando enseguida a la magistrada que la policía norteamericana fuerza a sus funcionarios a cumplir metas diarias de infracciones, y los funcionarios que no las cumplen reciban notas de demérito que retrasa sus posibilidades de ascenso.

¡En Washington!!

Y a las pocas horas de ver esta película, surge el tema en nuestro país y no pude evitar reflexionar en buen chileno: “En todas partes se cuecen habas”.

¿La pregunta es… se continuará con esta práctica o ya ha sido eliminada de los  sistemas policiales chilenos? ¿O una vez que se aplaque el barullo por algo que todo el mundo sabía que existía, volverá una vez más, pero mas discreto?

Tal vez a usted no le guste este comentario pero – me encojo de hombros – mi director me pone metas de seis notas diarias y me faltaba una.

M.B.I.

OvalleHoy.cl