InicioultimasOpiniónEsta enfermedad ha venido a trastocar nuestra forma de relacionarnos

Esta enfermedad ha venido a trastocar nuestra forma de relacionarnos

Mientras acompañaba a mi hija a la clínica puse la atención en lo que sucedía alrededor y en su interior, sobre todo las miradas desorientadas de las personas, la desconfianza, el miedo.

Pareciera que la vida fuera un dolor profundo, una falta de esperanza, un vagar sin sentido, acaso deseando que pasara pronto la vida, sin lograr encontrar un real objetivo, ya que esta enfermedad del coronavirus nos ha puesto en alerta esos miedos que nos paralizan poniendo énfasis en el temor olvidando ser feliz con las cosas simples, con la naturaleza que se muestra en el esplendor de sus aromas, las flores que hacen recrear la mirada descubriendo los colores tan hermosos. Pero como se está tan preocupado por el problema que cada persona lleva a cuestas, se olvida de lo hermoso que es tener la vida, que se nos regala gratuitamente.

Hoy vemos que esta enfermedad  frecuente  en estos días con altas personas que se contagian diariamente y con tantas personas que mueren a causa de ella, algo que años atrás era desconocida, la cual viene a trastocar nuestra forma de relacionarnos, nuestra forma de ser familia donde nos cambia el modo de mirar la vida ya que aunque las personas vivían con apremios, se privilegiaba la convivencia, la familia, el bien común, era frecuente ver padres jugando con sus hijos(as), los domingos era algo sagrado donde las familias se reunían, conversaban, se valoraba el tiempo.

Hoy los invito a crear espacios para fortalecer los lazos, las confianzas, el sentir y mirar al otro como alguien importante con el cual vamos avanzando en esta vida, miremos con los ojos abiertos para descubrir lo esencial que es el amor, fortalezcamos nuestras familias, hagamos de los espacios algo que nos nutre de lo hermoso que es la vida en plenitud, sabernos importantes del legado que Dios nos dio al nacer, ser instrumento de su palabra, hacerla extensiva a otros con ejemplos que valoren su ser y por ende su confianza en Dios, al ser bautizados nos ponemos al servicio de la misión; sacerdote, profeta, rey, demos testimonios de este amor infinito que nuestro Padre Dios establece con toda persona.

Es tan frecuente escuchar no tener tiempo, es cierto, pero muchas veces nos dejamos llevar por la desidia, por el no deseo de colocar un granito de arena para que este reloj de la vida, no nos lleve por el desfiladero, por el no compromiso, por hacernos los sordos y ciegos o muchas veces descansamos en otros, no asumiendo el valor de la vida, esa que requiere de todos su aporte para hacerla atrayente, no nos dejemos llevar por las falsas expectativas que nos muestran tantas visiones o que nos quieren vender con cosas superfluas, colocando énfasis en lo material, en el consumismo desenfrenado. Eso que sin querer nos va atando y en las cuales se cae por querer llevar una vida sin sobresaltos; pero eso siempre nos lleva a lo contrario al estar más atado.

 Cerremos nuestros ojos para mirar con los sentidos puestos en el valor de la vida, esa que nos hace estar cada día más atentos a lo simple, al compromiso de poner todos los talentos al cuidado y servicio de la naturaleza, de los animales, de la salud de las personas. Todos estamos llamados por nuestra fe a hacer posible el Reino de Dios, construyamos una tierra libre de todo tipo de impurezas, para que los que vienen después de nosotros también disfruten del significado y de lo hermoso que es la creación; hoy es el día, no mañana, pongamos todo nuestro empeño en cada familia a que se tenga como referente el cuidado de su salud y la de los demás privilegiando el respeto por el cuidado y conservación de espacios libres de todo tipo de contaminación; yo, tú, ellos, nosotros somos partícipes de este gran don que Dios estableció desde el momento de la creación con el ser humano y que nos legó, seamos multiplicadores de esperanza, diciendo sí al Señor de la vida, tú, yo y los otros gocemos descubriendo las maravillas que Dios sigue haciendo en la vida diaria.

No dejes para mañana lo que tú puedes hacer hoy.    

                                                       Hugo Ramírez Cordova.

OvalleHoy.cl