La feria del libro instalada en la plaza de armas es una oferta para los amantes de los textos, pudiendo encontrar grandes clásicos y una gran variedad que no son fácil de conseguir.
Los cuatro libreros que se pueden ver en la feria del libro, llegaron a la ciudad gracias a la Sociedad de Escritores Chilenos, en sus siglas SECH. El fin de esta feria nómada es fomentar la lectura, mas allá de comercializar en sus oficios de libreros, pretendiendo que la lectura no sea obligatoria sino más bien recreativa, sentir el placer de leer, y tener gusto por lo que se esta haciendo.
En sus mesones se pueden encontrar todo tipo de textos, hay libros nuevos, y libros leídos, ese es el nombre que Fernando Guzmán prefiere darle al libro usado, asegurando que «preferimos decir libros leídos, básicamente porque esta la tarea de reparar y restaurar libros, para ponerlos nuevamente en circulación, no tanto con criterios estéticos sino que con criterios de uso».
Además, practican la compra y venta de libros, «así la gente nos trae sus libros que en sus casa ya no tienen cabida y se llevan uno que no ha leído generando un circuito de libros que van y vienen» agregó Fernando.
No sólo trabajan con libros leídos, también comercializan textos nuevos, pero son saldos que dejan las editoriales, así no pierden su foco.
Fernando también destaca que «los escritores de la zona tienen un público cautivo, tienen su espacio, los buscan y los compran». Es por esto que los puestos se pueden encontrar autores de la ciudad de Ovalle y de la región.
Lo que más a llamado la atención es el público joven y su interés en los textos clásicos de los autores como Orwell y Nietzche, es una sorpresa grata que estén insertos en la cultura juvenil.
La magia de comprar textos, es una experiencia no solo visual sino que es todo un trabajo en conjunto de los demás sentidos, se pueden oler las hojas, palparlas, tocar la arruga de la página, descifrar signos es un ejercicio que todos pueden hacer, pero sumergirse en un nuevo mundo paralelo al real es toda un aventura que pocos logran.
A pesar de que los libros han sido amenazados por los aparatos electrónicos como los tablets o libros electrónicos, Fernando asegura que «la luz con la que funcionan esos aparatos tiene un impacto en los ojos pero a diferencia del libro son los ojos que iluminan a las personas».
Por Equipo OvalleHoy.cl