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Hablemos de empleo juvenil

Tras el retorno a la senda del progreso, el crecimiento, el emprendimiento, la inversión y las ganas de trabajar para construir un Chile, más justo, solidario, inclusivo y eficiente, el Presidente Piñera y su equipo de trabajo, se han enfocado en proporcionarles a los adultos mayores, los niños y los jóvenes más y mejores herramientas para edificar un mejor Chile y precisamente me quiero detener en éstos últimos.

El Gobierno se ha propuesto proteger y ayudar a los jóvenes, para que éstos puedan compatibilizar lo que es trabajo y estudios. Por lo mismo creó un proyecto de Ley que crea un contrato especial para trabajadores jóvenes estudiantes, que si es aprobado beneficiará a cientos de jóvenes trabajadores.

Entre los jóvenes que trabajan, existe una gran precariedad, pues la tasa de ocupación informal alcanza cerca de un 36% app., lo que se traduce en que hoy en día exista una gran cantidad de jóvenes trabajando sin protección legal, pues la rigidez de la contratación formal, especialmente en materia de distribución de la jornada laboral, les imposibilita a los jóvenes que puedan compatibilizar los tiempos de estudio con los del trabajo, lo que se traduce finalmente en que muchos de éstos jóvenes prefieran trabajar informalmente, para así disponer de una mayor flexibilidad horaria y que ésta se adecúe a sus exigencias académicas. Con ésta Ley se busca que se reincorporen aquellos estudiantes jóvenes que debieron descontinuar sus estudios por tener que apoyar económicamente a sus familias e incentivar el ingreso a la educación superior de aquellos que prefirieron no ingresar a la educación superior al no poder compatibilizar el trabajo y el estudio.

Mucho se ha dicho respecto a que los jóvenes perderían con esto su calidad de carga legal o médica para efectos del plan de salud familiar por el hecho de “exponerse” a una contratación formal, pero la verdad de las cosas es que los jóvenes estudiantes, no pierden dicha calidad de manera automática, sino por el contrario. A éstos se les otorgaría la posibilidad de que ellos mismos evaluaran y elegirán la que más se acomoda a sus necesidades, pudiendo el trabajador joven optar por no cotizar para el sistema de salud y mantener su condición de carga familiar/legal/médica, quedando protegido de las contingencias de salud por mantener dicha calidad o bien cotizar para el sistema de salud y financiar un plan individual.

Por otra parte, es de público conocimiento que una de las principales barreras que tienen los jóvenes trabajadores estudiantes para insertarse al mundo laboral, es que al trabajar y aumentar los ingresos personales o familiares, el joven pudiese llegar a verse expuesto a perder créditos, subsidios, becas u otros beneficios educacionales que se les otorgan en relación a sus ingresos o del grupo familiar, por lo mismo, deciden exponerse a condiciones de trabajo más precarias para resguardar dicho beneficio.Por lo mismo, uno de los pilares fundamentales del proyecto es permitir que el trabajador estudiante joven, no obstante la remuneración que reciba, mantenga los beneficios que se le otorgan para poder financiar sus estudios o gastos asociados a ellos; así como también su calidad de causante de asignación familiar, pues la idea es ayudar y no generar mayores cargas y preocupaciones.

Por lo que la aprobación de éste proyecto de Ley, no sólo sería un gran avance en materia laboral; sino que sería muy beneficioso para miles de jóvenes, pues éste Gobierno no busca sacarle los patines a los jóvenes, sino por el contrario, busca entregarles herramientas para que éstos puedan luchar por su vocación, sus sueños, para que el día de mañana éstos jóvenes estudiantes trabajadores, aporten a que Chile sea un mejor lugar donde vivir.

Susana Verdugo Baraona

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