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Hacia tiempos mejores

Una gran jornada democrática se vivió el reciente fin de semana en nuestro país; en donde la democracia en pleno estuvo a disposición de todos los chilenos, al tener cada uno de nosotros, el derecho de escoger a quien querría que fuera el Presidente de Chile, por los próximos 4 años. De la cual salió electo con una respuesta contundente de la ciudadanía, Sebastián Piñera.

Todo esto, a pesar de que las semanas previas a las elecciones, hubieron una serie de ataques (de todo tipo) a Sebastián Piñera. De hecho, sin ir más lejos, la campaña “todos contra Piñera” tuvo su peor expresión en que por primera vez las propuestas de futuro para todos nosotros, no eran las protagonistas; sino que el protagonismo era la “campaña del terror” que hacía el oficialismo si es que salía electo Sebastián Piñera y  que todo girara en atacarlo a él.

La respuesta de la ciudadanía fue absolutamente contundente, puesto que la diferencia entre Sebastián Piñera y Alejandro Guillier, fue ni más ni menos que de un 9% y todo lo que hoy está pasando es más que un triunfo de la derecha, puesto que ésta votación ha sido la más alta que ha logrado un candidato desde 1993 en donde la votación era obligatoria, cuando Eduardo Frei alcanzó 4.040.497 millones (58%), y es el candidato con mayor votación en la historia del voto voluntario. Esto es mucho más que una movilización del votante de derecha, ya que al igual que la vez anterior, no creo que estos 3.795.896 de votos (54,6%) alcanzados por Piñera sean de derecha, como caricaturescamente han tratado de instalar la izquierda y el oficialismo. Al emitir “seudos referentes” de ellos declaraciones de lo más desafortunadas, clasistas, odiosas e inclusive impertinentes, como son las emitidas por el Diputado Hugo Gutiérrez que trató a la mayoría de los chilenos de idiotas por haber escogido al Piñera como Presidente o las declaraciones vertidas por la Diputada Karla Cariola en donde adjudica éste triunfo porque en comunas tales como Recoleta, Estación Central, etc. hubieron muchas niñitas rubias votando o las declaraciones de Aline Kuppenheim al decir que la mayoría quiere jugar Polo que por eso escogieron tal Presidente o finalmente las desafortunadas y torcidas palabras de Jorge Baradit al decir que la mayoría de los chilenos que son los que escogimos democráticamente al Presidente son la minoría. Éste ninguneamiento sólo obedece a la desesperación de verse ad portas de “llevar agua para su molino” en utilizar cualquier tipo de artilugios o escusas para no reconocer el triunfo ajeno y el propio fracaso.

De hecho, los números hablan por sí solos; de 3.795.896 ciudadanos que dieron su apoyo a Sebastián Piñera, el nuevo Presidente electo, que corresponden al 54,47% de los más de 7 millones de votantes, hizo generar una diferencia superior a 9 puntos porcentuales, lo que no sólo estaba muy por encima de los mejores cálculos de Chile Vamos; sino que también, el ex Presidente Piñera ganó en 13 regiones, de las 15; convirtiéndose así  en un novedoso y valioso triunfo en la zona norte, la cual era un antiguo bastión inexpugnable de la izquierda y además de vencer en 255 comunas a lo largo de todo el país, convirtiéndose así en el tercer Presidente más votado en la historia de Chile, siendo tan sólo superado por Eduardo Frei Montalva y Patricio Aylwin.

Además, la tarea de Gobernar es cada día más complejo y difícil; por “suerte”, Sebastián Piñera, felizmente, sabe hacerlo, lo cual aprendió en su primer Gobierno lo que nos trae una bocanada de respiro al menos, lo cual se vio reflejado en su primer discurso en La Alameda, en donde nos da un ejemplo muy claro del estilo positivo y unitario que quiere imponer a su administración y para ellos, cuenta con una coalición que ha estado a la altura de las circunstancias, como es Chile Vamos, que esperamos siga en el futuro actuando con unidad y patriotismo.

Finalmente, a pesar de que se vengan años difíciles y desafiantes, que deberán ser enfrentados con la claridad con que millones de chilenos suscribieron mediante su voto un liderazgo presidencial, un programa de Gobierno y un equipo de trabajo para el futuro de Chile. Los ciudadanos, la mayoría social y política, millones de chilenos, hablaron claramente el domingo 17 de diciembre y quieren Tiempos Mejores para Chile; así que a ponerse a trabajar, para que esos tiempos lleguen a todas las familias y los más diversos rincones del país.

Susana Verdugo Baraona

OvalleHoy.cl