¿Hasta cuándo tendremos que escuchar de otra muerte en la Región de La Araucanía a manos de antisociales, de terroristas, de apátridas?, ¿hasta cuándo veremos imágenes de familias teniendo que huir en mitad de la noche porque un grupo de encapuchados está quemando sus casa?, ¿hasta cuándo el Gobierno permite tanta locura y actúa con tanta indiferencia, por no decir que NO actúa?, la pregunta es ¿hasta cuándo?
Desgraciadamente no es exagerado decir que la macro zona sur, está abandonada a su suerte y el terrorismo se hizo costumbre y lo que se necesita ahora es que el Estado tome acciones decididas para acabar de raíz con el terrorismo, la delincuencia y el narcotráfico y tenga tolerancia cero, debiendo esto ir de la mano del actuar del Ministerio Público, porque ningún esfuerzo valdrá si este último al igual que el Poder Judicial no hagan su pega como corresponde.
La gente de La Araucanía merece todo el respeto y protección que el Estado está obligado a darles y que desde hace años le ha negado simplemente al dejar que miles de chilenos vivan bajo el control del terrorismo y del miedo. Hace un poco más de dos meses fue que se produjo la muerte del Cabo Segundo Eugenio Nain Caniumil, tras la emboscada en Padre Las Casas, pero antes de él está la muerte de Juan Barrios, camionero quemado dentro de su camión en Victoria; de Francisco Millalén quien chocó su moto contra una barricada levantada en Lautaro; Moisés Orellana, asesinado con un tiro en su cabeza en Cañete (Región del Biobío); Pedro Cabrera, trabajador agrícola que recibió al igual que don Moisés un disparo en la cabeza, pero este fue en un fundo en Collipulli, perpetuado con un fusil de guerra.
La lista no termina ahí podemos seguir con el atentado que sufrió don Alejandro Peña, junto a su esposa Alejandra y su pequeña hija Monserrat de 9 años, en la ruta que une las comunas de Collipulli y Angol en la región de La Araucanía. Este se produjo cuando desconocidos dispararon armas calibre 22 hiriendo en la espalda a la pequeña niña y quemando su fuente de sustento, aquella noche la familia fue obligada a salir del vehículo a punta de balazos y luego de ahí tuvieron que caminar más de dos kilómetros hasta encontrarse con personal de Carabineros, que los socorriera y todo esto en completa oscuridad, escuchando los gritos y amenazas que vociferaban los maleantes y además teniendo que cargar con el cuerpo herido de su pequeña hija.
Hasta aquí esto pareciera ser una triste lista que no hace más que engrosarse día a día, hora a hora, pues la lista de delitos en la zona sólo crece sin ningún resultado positivo para las víctimas o sus familias; en ninguno de estos casos se ha podido dar con los responsables y por ende no hay detenidos. Es lamentable como esta “lista” sigue sumando víctimas, a ella debes sumar el asesinato de Orwal Casanova, de un disparo en su cabeza en su propia casa, ¿cómo puede ser posible que ni en nuestros propios hogares estemos seguros?, ¿qué esperan nuestras autoridades para actuar?, ¿un río de sangre?, ¿que los civiles debamos armarnos y hacer justicia por nuestras propias manos?
¿Dónde está el Estado de Derecho?, ¿dónde está el orden público?, ¿dónde quedó la paz? La Araucanía es prácticamente un Estado Fallido, donde además del señor Casanova, perdió recientemente la vida en el cumplimiento de su deber el Subinspector Luis Morales Balcázar, mucha fuerza a su familia en estos momentos, tanto su familia propiamente tal, como su familia institucional. Sabemos que tienen un gran Director General, que sabe defender a sus hombres y que su crimen no quedará impune.
Pido que todos recen o pidan a quien crean, para que llegue la paz a la macrozona sur, que se terminen estos atentados, usurpaciones intimidaciones, quemas de maquinarias, tierras camiones, descarrilamiento de trenes, etc. que todos podamos vivir en paz. Deseo fuertemente que esta sea la última vez que nos enteremos de estos hechos de sangre y que nuestro querido Chile pueda dejar de estar de luto, por un Chile libre, en paz y más unido.
Susana Verdugo Baraona
