InicioOpiniónBlogs / ColumnasHasta siempre mi querido “Josiña”.

Hasta siempre mi querido “Josiña”.

Esta columna será diferentes a cualquier otra, porque es justo y necesario, rendirle homenaje a un gran hombre que partió de este mundo terrenal al encuentro del Señor, cerrando sus ojos en este plano, para abrirlos de nuevo y así contemplar a Dios.

Querido e inolvidable amigo mío, padre, confesor y confidente, como poder expresar el desconsuelo, la desazón y todas las lágrimas que por ti se han derramado. Mi querido Padre José Ignacio San Román, fuiste y seguirás siendo porque vives aún en nuestros corazones, una persona memorable, noble, sencilla y a la vez maravillosa, cuya partida ha dejado un gran dolor en todos aquellos que te conocimos, siempre recordaremos tú sonrisa cándida, tu entrañable amor por el prójimo y tú disposición por ayudar y consolar a quienes lo necesitasen, una vocación de servicio digna de aplaudir y reconocer.

¿Cómo no estar tristes con tu partida?, sabemos que la muerte no es el fin, sino el inicio de una nueva vida en Cristo, pero no estábamos preparados para tú partida… Mi querido Josiña, ¡qué difícil se nos hará a todos los que te conocimos el afrontar este momento!, es realmente muy doloroso separarse de alguien que ha sido tan especial en nuestras vidas y más cuando te has marchado de forma tan repentina y sin aviso; ya nos tuviste en ascua y preparándonos para tu partida cuando sufriste el accidente automovilístico, pero luchaste mucho y superaste en grande todos los pronósticos.

Lamentablemente, aunque nos duela, debemos ser realistas y admitir qué vinimos al mundo para cumplir nuestro destino y una vez completada nuestra misión Dios nos llama a su encuentro, todos estaremos eternamente agradecidos por tu entrega a la comunidad, a la pastoral, a la comunidad Viatoriana, y en mi caso particular por tu apoyo hacia mí persona y familia. Sólo pido a Dios en estos momentos, que nos dé resignación para aceptar tu partida. 

Gracias por enseñarnos a ser mejores personas, por tu fe inquebrantable, por tu amistad, por tu cariñosa compañía, por tus consejos y por acompañarnos en el sendero de la vida, como un padre toma de la mano a su hijo, con cariño y paciencia.

En estos días han compartido un bello poema escocés conmigo y quisiera compartirlos con todos quienes te queremos que comienza “puedes llorar porque se ha ido, o puedes sonreír porque ha vivido. Puedes cerrar los ojos y rezar para que vuelva, o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado; tu corazón puede estar vacío porque no lo puedes ver, o puede estar lleno del amor que compartiste. Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir el vacío y dar la espalda, o puedes hacer lo que a él le gustaría: sonreír, abrir los ojos, amar y seguir.

Y creo que todos abriremos los ojos para ver lo que has dejado y cuidar tu obra, para seguir y algún día poder reencontrarnos, esto no es un adiós mi querido Padre, es un hasta pronto, sé que desde el cielo nos observas y nos seguirás guiando y protegiendo, descansa en paz amigo mío y vuelta alto muy alto mi querido “Josiña”.

Susana Verdugo Baraona

OvalleHoy.cl