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Impunidad en la macrozona sur.

Hace poco tiempo atrás, escribí sobre ¿hasta cuándo tendríamos que escuchar de otra muerte en la Región de La Araucanía a manos de antisociales, de terroristas, de apátridas?, ¿hasta cuándo veríamos imágenes de familias teniendo que huir en mitad de la noche porque un grupo de encapuchados está quemando sus casas?, ¿hasta cuándo el Gobierno permitiría tanta locura y actuaría con tanta indiferencia, por no decir que NO actúa?, la pregunta creo sinceramente que quedó corta.

Hace poco tiempo atrás, escribí sobre ¿hasta cuándo tendríamos que escuchar de otra muerte en la Región de La Araucanía a manos de antisociales, de terroristas, de apátridas?, ¿hasta cuándo veríamos imágenes de familias teniendo que huir en mitad de la noche porque un grupo de encapuchados está quemando sus casas?, ¿hasta cuándo el Gobierno permitiría tanta locura y actuaría con tanta indiferencia, por no decir que NO actúa?, la pregunta creo sinceramente que quedó corta.

Muy a mí pesar y al de miles de compatriotas, vemos como la macrozona sur de nuestro país, está literalmente abandonada a su suerte, a merced del terrorismo y el narcotráfico, donde existe una impunidad despiadada que es francamente una vergüenza nacional. En donde el Estado es incapaz de imponer el orden, la legalidad y el Estado de Derecho, que no sé si es porque es tolerante, inútil, perverso, indolente, inoperante, incapaz, porque está capturado o simplemente porque espera dejar pasar el tiempo y así dejar que el próximo que gobierne se haga cargo.

No se saca nada con tener grandes discursos de que se nombraran delegados presidenciales, que se aumentarán las condenas, que se interpondrán querellas contra todo aquel que resulte responsable, si al día de mañana no existe voluntad política real para atacar de raíz esta violencia incesante y frenar el conflicto. El Estado no lo puede hacer sólo, es tarea de todos contribuir a recuperar el territorio tomado por el narco-terrorismo que tiene cautiva la zona, para no convertirnos en un Estado fallido.

La gente de La Araucanía merece todo el respeto y protección que el Estado está obligado a darles y que desde hace años se les ha negado al dejar que miles de compatriotas vivan bajo el control del terrorismo y del miedo; aterrorizados de que un día quemen todo lo que honestamente, con dedicación, trabajo, cariño y esfuerzo, han logrado tener.

Debemos devolverle a sus habitantes la posibilidad de tener una vida normal; que no se siga engrosando la lista de las miles de víctimas inocentes que ven destruidos su patrimonio, sus sueños, sus esperanzas, su trabajo de años, que lo único que les queda además de una profunda impotencia, desesperanza, depresión, endeudamiento es un sentimiento de orfandad con el Estado, que debió protegerlos.

La Región de La Araucanía nos volvió a impactar estas últimas semanas con el atentado terrorista que sufrió la familia García, que es propio de una película de ficción/terror y con su conmovedor el relato, que por poco no se convirtieron en otro mártir como lo son el matrimonio Luchsinger Mackay. No debemos olvidar la sensible muerte del Cabo Segundo Eugenio Nain Caniumil, tras la emboscada en Padre Las Casas, la muerte de Juan Barrios, camionero quemado dentro de su camión en Victoria; la muerte de Francisco Millalén quien chocó su moto contra una barricada levantada en Lautaro; la de Moisés Orellana, asesinado con un tiro en su cabeza en Cañete (Región del Biobío); la de Pedro Cabrera, trabajador agrícola que recibió al igual que don Moisés un disparo en la cabeza, pero este fue en un fundo en Collipulli, perpetuado con un fusil de guerra o el atentado que sufrió don Alejandro Peña, junto a su esposa Alejandra y su pequeña hija Monserrat de 9 años, en la ruta que une las comunas de Collipulli y Angol en la región de La Araucanía, el asesinato de Orwal Casanova, de un disparo en su cabeza en su propia casa, la muerte del Subinspector Luis Morales Balcázar en el cumplimiento de su deber y así tantos otros.

Uno pensaría que existe una investigación de cientos o miles de causas activas por todos estos delitos, pero la verdad es que de las 2.000 causas por violencia en la zona, 1.800 se encuentran archivadas y sólo en dos se han obtenidos resultados desde el año 2017 a comienzo del año 2020, por lo que uno se pregunta nuevamente ¿falta voluntad, compromiso, trabajo, seriedad, empatía? o simplemente ocurre que existe una corrupción tan grande que es capaz de dejar hacer, porque eso reditúa a alguien.

Espero de todo corazón de que al fin la macrozona sur vea la paz en sus días venideros, que se terminen estos atentados, usurpaciones, intimidaciones, quemas de maquinarias, de tierras, de camiones, descarrilamiento de trenes, etc. para que por fin podamos vivir libres, en paz y tranquilidad.

Susana Verdugo Baraona

OvalleHoy.cl