José Tomás Carvajal Urqueta, una vida de servicio, un testigo del misterio, un escritor notable.
Lo conocimos por la década de los ´80, cuando daba sus primeros pasos como encantador de la madera, de donde esculpía seres mitológicos, que según él, le llamaban a descubrirlos desde el interior de troncos abandonados.
También pintaba, pero fundamentalmente necesitaba de la palabra para expresar su particular visión del mundo, donde desde un principio manifestó una larga conversación con los seres del pasado, visitantes habituales de sus cuentos que iban y salían de la escena narrada, dejándonos perplejos y maravillados.
Tomás Carvajal, exiliado voluntario en sectores aislados por amor a su profesión de educador, entregó lo mejor de sí en dicha obra como un apostolado. El silencio fue su amigo y de él extrajo la poesía que bañaba sus escritos singularísimos. Nacido en Sotaquí, su entrañable cuna natal, sería la Comuna de Combarbalá donde transcurriría la mayor parte de su vida.
Fue aquí, donde el año recién pasado pudo ver cumplido un sueño de tantos años: su primer libro, “Nubes de lluvia sobre el Llano”, patrocinada por la Agrupación Piedra Cielo de la que fuera miembro fundador, obra que será el legado que nos deja de su talento literario. Podría haber escrito muchos otros textos, de hecho poseía mucho material inédito por publicar, pero la ausencia de protagonismo, su inveterada humildad y su generosidad le llevó a entregar su vida en la docencia.
La Agrupación Liq Mallin, como limarino que era le incluyó en sus primeras Antologías Poéticas. Actualmente se trabaja en una Antología en Narrativa que llevará también obras de su autoría. Por ello sentimos su temprano fallecimiento como una pérdida de los nuestros. La literatura limarina ha perdido a unos de sus talentos mayores, hoy somos más pobres que ayer, más tenemos un nuevo ángel tutelar para nuestras letras limarinas.
José Tomás Carvajal, tu obra perdurará, Descansa en Paz.
Agrupación literaria Liq Mallin
Ovalle
