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La Cultura del Agua

En las presentaciones de la Feria del Libro, se puede rescatar solamente la experiencia sobre el aprovechamiento de las aguas grises y los atrapa nieblas, lo que es valorable.

A propósito de los expositores sobre la temática del agua efectuada en la Feria del Libro de Ovalle del día 23 de marzo, he querido compartir unas reflexiones sobre la escasa cultura que se advierte respecto del agua, esto hace que se viertan todo tipo de falacias e improperios, tanto como que “los agricultores son saqueadores de agua y que no aportan nada positivo al País”, pues son solo extractivistas de alimentos que se envían al exterior y no dejan nada en el territorio, entre varias otras falsedades.

No puedes tratar de encontrarle una explicación racional a un discurso sin racionalidad. Su posición rupturista nos desvía del problema de la Megasequía que nos aqueja y los aleja en la búsqueda de soluciones, cuando es imprescindible que avancemos en ampliar nuestra conciencia respecto a la importancia de la óptima gobernanza del agua ya que, es fundamental para las actividades productivas, la bebida, la salubridad y de la biodiversidad.  

La Cultura del Agua, como eje vital de nuestra existencia, es muy importante con la intención de darle un mayor sentido a nuestra vida y tener el convencimiento de alcanzar ese propósito, porque la crisis del agua… es la crisis de la vida.

El agua nos ha convocado desde siempre en la construcción de una nueva humanidad, la que parte del Diluvio Universal o de cada una de las catástrofes que nos narran los múltiples pueblos en su historia. Nos convoca a construir una superior Cultura del Agua, sin embargo, nadie más, sino a nosotros los habitantes del Valle del Limarí, pues seremos los únicos constructores de nuestro destino. Para eso debemos culturizarnos para ser más solidarios e incluyentes entre coterráneos, para impedir que ideólogos extraños y con experiencias repetidamente fracasadas nos vengan a enseñar lo que debemos hacer. 

Si algo podemos sacar en limpio del pasado, es que de las crisis podemos salir fortalecidos, de lograr conocer las potencialidades de cada individuo y de las Organización de Regantes, en que prima la democracia la solidaridad y la ayuda recíproca. 

La fuente de inspiración para conseguir superar esta crisis, la podemos encontrar en el ejemplo de aquellos hombres de esta zona árida que no se amilanaron frente a la desertificación y las sequías que continuamente nos afectan, proyectaron embalses, construyeron grandes obras de regadío que en la actualidad nos salvan, pero que aún no son suficientes ante el cambio Climático y el avance de la desertificación que nos quiere envolver en su manto gris de pobreza y desolación. Lo anterior, nos obliga a perseverar en nuevas soluciones tecnológicas y obras para paliar la escasez de agua y ser creativos para subsistir, aunque después de esta larga sequía, muchos sucumban y continúen los más perseverantes y avanzados. Al contrario de lo que se necesita, los expositores no están de acuerdo en nuevos embalses ni en nuevas plantaciones para exportar.

Lo reconfortante es que, terminada esta catástrofe, la actividad vuelve a aumentar al existir agua suficiente para cultivar la tierra y nuevos agricultores toman las riendas, como en una posta, transformando las tierras, como por arte de magia, en un vergel. A la par, los campos de secano se visten de pastizales y flores para deleite de los ganados y los sentidos. Estimulando de paso, la alicaída economía de los que dependen solamente del agua del cielo. Así la agricultura, con sus avatares climáticos, sociales y económicos, ha sido el motor del progreso de la zona. 

En las presentaciones de la Feria del Libro, se puede rescatar solamente la experiencia de Víctor Álvarez sobre el aprovechamiento de las aguas grises y los atrapa nieblas, lo que es valorable. Pero el resto de las expositoras emitieron una serie de falacias y etiquetas que van en un sentido destructivo y polarizador al tratar de dividir a los agricultores entre pequeños y grandes. También ciertos “Honorables legisladores” que nos representan vierten opiniones infundadas respecto al agua de riego con total desparpajo, siendo totalmente desconocedores de la materia, a tal punto que no es apropiado polemizar para no darles más tribuna. Nada más peligroso que un ignorante activo, con iniciativas vetustas, populistas, ávidos de poder que no proponen soluciones a nuestros problemas. Porque opinan de agua, “sin saber para donde corre”, menos entenderán a los que les cuentan esas quimeras, porque la temática es muy compleja de entender y varía considerablemente en cada valle. 

Una de las falacias es que el sistema de tenencia de los Derechos de Aprovechamientos de Aguas indefinidos es único en el mundo, cuando en realidad existen 58 países que la tienen; y que estos se originaron  en el año 79 en la época de la Dictadura, cuando realmente provienen de las Mercedes de Tierra del tiempo de la Colonia, en que se le incluía las aguas ribereñas y los ojos de agua para hacerla producir y la bebida de los poblados; también en la Independencia Bernardo O’Higgins subastó Mercedes de Agua (medida en Regadores) en el río Maipo,  en los cuales los regantes debían construir los canales y las tomas; así miles de kilómetros de canales fueron hechos y mantenidos operativos por los privados.

Las tierras se fueron transfiriendo junto con el agua y al irse dividiendo con los derechos de agua surgieron las Comunidades de Agua. En el año 1928 en el valle del Limarí se inscribieron los canales en Regadores con el Registro de Regantes en cuadras, hectáreas o en minutos, según la costumbre de cada Valle; también el Código Civil reconoce que los ríos y todas las aguas que corren por cauces naturales son Bienes Nacionales de Uso Público y que al ser encausadas en los canales, pasan a tener todos los beneficios de uso, goce y disposición; sin embargo, con la Reforma Agraria los Derechos de Aprovechamientos de Aguas sufrieron un revés, podían ser intervenidos, caducados y expropiados; y finalmente en los 79 vuelven a ser un Derecho de Aprovechamiento indefinido como en el pasado.

Lo anterior permitió tener la certeza jurídica, permitiendo las inversiones con un horizonte a largo plazo y generando progreso como nunca fue visto en esta Nación.

La Cultura es el eje transversal de toda transformación renovadora, pues no se puede progresar con un pueblo inculto. Como dijo Benjamín Carrión, “un pueblo sin cultura solamente puede aspirar al cemento armado y al último carro”.Aun así, lo destruyen, porque no saben lo que cuesta. 

Una Sociedad compuesta de ciudadanos incultos no sabrá de su origen y menos de su destino, no estarán satisfechos con nada, a no ser que sea el obtener bienes materiales inmediatos y gratuitos y que no son logrados gracias a su propio esfuerzo. Sólo exigirán sus derechos que al “Papá Estado” les pueda dar sin aportar con sus deberes a la Sociedad a la que pertenecen. Así el destino no será promisorio. 

La invitación es a culturizarnos para que no nos vengan a contar cuentos y para adquirir una mayor conciencia de la importancia del agua y de la agricultura como fuente generadora de alimentos, trabajo, divisas y vida. 

Nuevas temáticas respecto al agua las desarrollaré prontamente, para beneficio de una mejor comprensión y considerar otros puntos de vista.  

Rodrigo Carmona Castex 
Ingeniero Agrónomo

OvalleHoy.cl