InicioActualidadCrónicaLa destacada labor del Colegio Yungay en la ciudad de Ovalle

La destacada labor del Colegio Yungay en la ciudad de Ovalle

La inclusión se hace realidad en este establecimiento que por décadas ha apoyado a jóvenes con necesidades educativas especiales.

Calle Yungay #361. Población Fray Jorge, en ese lugar se emplaza un recinto que en noviembre 2018 cumple 40 años de una hermosa labor.El Colegio Yungay se dedica a la formación educacional de niños y niñas con necesidades educativas especiales.

Niños de la escuela almorzando

Alumnos con síndrome de down, autismo, parálisis cerebral, movilidad reducida, sordera; con edades entre los 0 y los 26 años, son incluidos en este establecimiento que los acoge con un personal especializado. “Tías” y “tíos” que se dedican a entregarles el máximo de educación posible para que superen sus limitaciones.

Al entrar a las aulas y sus patios de la escuela se observan a los niños entre maderas y concreto revoloteando, jugando y aprendiendo. Se puede sentir esa sensación de transparencia que brinda la mirada de estos niños sinceros, respetuosos y obedientes. Sonrisas que destellan en cada rincón y que entregan un saludo infaltable. No hay maldad.

Rául Vega. Inspector escuela Yungay

“Se respetan, se cuidan se ayudan entre  ellos. Muy pocas veces ocurren situaciones de agresión o molestia, que suceden cuando alguno le falta un medicamento o algo así. Pero en general son niños de piel, afectuosos y agradecidos. Llevo 40 años dedicado al servicio educacional, pero estos 3 años que he tenido en la escuela Yungay han sido, sin duda, los mejores.” Señala Raúl vega, inspector de la escuela quien ha trabajado en el rubro educacional gran parte de su vida.

Desde los más pequeños hasta los más grandes tienen su espacio. Divididos según su edad y su grado de discapacidad en cursos pre básico, básico y laboral. A estos últimos se les enseñan herramientas para sostener su vida. Aprenden repostería, amasandería, cultivo, jardinería y carpintería. Oficios que en algún momento pueden ayudarles a enfrentar la vida que en algún momento puede dejarlos solos.

Estos merengues son hechos en el taller de repostería.

 Según señalan las profesoras, muchos de ellos quizás nunca aprendan a leer. La gran mayoría no serán contratados para trabajar en algún lugar. Y eso duele en el alma ¿acaso no deberían tener todos una oportunidad?

La inclusión no pasa de la palabra que se lleva el viento, dejando cientos de historias de anhelos y sueños sin concluir, una tarea pendiente en este país, enceguecido al individualismo, es brindarles a ellos el trato que se merecen, respetando su diversidad e incluyéndolos.

La esperanza es entonces la principal estrella que guía a estos pequeños. Muchos también superan ampliamente las expectativas. Algunos han logrado ser insertados en escuelas “normales”. Otros logran metas como poder hablar o leer, algo que pareciera tan normal, son enormes logros para estos niños que además crean lazos entre ellos o con sus “tías” y “tíos” de la escuela.

Ese avión fue hecho por los jóvenes del taller laboral de carpintería.

La Municipalidad de Ovalle es el organismo que sostiene al establecimiento. Brinda apoyo en infraestructura, personal y en movilización. Muchos de los  alumnos y alumnas vienen de lejos, de localidades apartadas y deben viajar a diario en furgones municipales.

Durante 18 años consecutivos este establecimiento público ha sido catalogado con la excelencia académica “hemos cumplido las metas y objetivos propuestos de acuerdo a nuestro proyecto educativo. Las mediciones se adaptan a nuestros estándares y con esto hemos logrado ser reconocidos por nuestra labor”, señala Carolina Behrens Valdés, directora del establecimiento.

La escuela Yungay será remodelada. Se realizarán construcciones que deberían dejar el establecimiento en óptimas condiciones. Este proceso empezaría pronto, antes de mayo. Toda la comunidad educativa deberá trasladarse a otro lado, aún por definir.

Hay melones en la huerta de la escuela

En el patio hay una gran huerta de melones, limones y paltos. Se cultivan habas, tomates, lechugas y hierbas medicinales. También hay preparaciones de pastelería en la que se preparan cachitos, tortas y pan. Aunque la gran parte de estos productos se venden entre los mismos apoderados, también la gente puede acudir a la escuela para aportar comprando o encargando estas preparaciones que tienen como valor agregado el cariño y el esfuerzo.

Es inevitable salir del Colegio Yungay con el corazón lleno. Sentir emoción por saber que hay niños superando sus límites y siendo felices con simples cosas. Pero también con la sensación de que falta tanto por hacer como sociedad.  La forma de vida actual egoísta les hace  más difícil e injusta la vida a niños y niñas como los de la escuela Yungay.

La sociedad puede aprender mucho de la honestidad y transparencia de estos jóvenes esperanzados.

Por: Ignacio Zuleta Pereira.

OvalleHoy.cl