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La diferencia entre la vida y la muerte

En las primeras horas de la mañana del martes 25 – Día de Navidad –  ocurrió en la esquina de las calles Miguel Aguirre y Socos un accidente que pudo tener gravísimas consecuencias.

Una camioneta que subía por calle Miguel Aguirre hacia el norte, haciendo caso omiso del disco existente en la esquina, ingresó a la calle Socos , yendo a impactar a una segunda camioneta que circulaba de poniente a oriente.

Este ultimo vehículo, al ser colisionado en la parte lateral derecha posterior, volcó aparatosamente quedando sobre un costado en la calzada.

La justicia tendrá que resolver la responsabilidad ( o la irresponsabilidad) de los conductores en el hecho, pero hay un tema no menor que debiera llamar la atención. En la camioneta volcada, viajaba un niño de solo 2 años, en su silla de seguridad ubicada en el asiento posterior.

Lo positivo de esto (tal vez con ayuda divina, para los creyentes, atendida la fecha) es que no obstante lo espectacular del accidente el pequeño resultó apenas lesionado, gracias a que estaba firmemente sujeto a su sillón de seguridad.

Esto viene a poner de manifiesto la importancia de esta campaña de seguridad que con el uso forzado de cinturones de seguridad buscan aumentar las posibilidades de sobrevivencia de ocupantes de vehículos en casos de accidentes, volcamientos o colisiones de alta energía.

Asimismo la necesidad de insistir en la obligación del uso de esos cinturones, no sólo en carreteras y/o en tramos de viaje de mas largo trayecto, sino también en el radio urbano.

Porque nunca se sabe cuando un conductor imprudente haga una mala maniobra, o no respete una señal de transito e impacte el vehículo en el que viajamos con consecuencias imprevistas. Asimismo insistir en la necesidad de respetar reglamentos impuestos en fecha reciente, como el de la velocidad máxima de 50 kilómetros por hora, que incrementa de manera proporcional la capacidad de reacción de los conductores ante un imprevisto, o -principio elemental de la física – disminuye de la misma manera las consecuencias en personas y en vehículo a raíz del golpe.

A menudo las normas de tránsito nos parecen incomprensibles y hasta molestas, pero también su cumplimiento a veces constituye la diferencia entre la vida y la muerte.

M.B.I.

OvalleHoy.cl