InicioActualidadCrónicaLa historia del hombre que vivía en un paradero de Ovalle

La historia del hombre que vivía en un paradero de Ovalle

Le destruyeron su media agua, le pegaron y le sacaron los dientes. Lucho vive en la calle, no machetea, no consume drogas ni es alcohólico.

Luis Alarcón lleva una vida de calle desde hace cerca de siete años. Padece de esquizofrenia y no sigue el tratamiento médico. Su problema mental no lo pone agresivo, es un tipo amable y bonachón. Previo a que se manifestara la enfermedad llevaba una vida normal, llegó a tener tres hijos.

Es un hombre joven tiene 58 años. Un tiempo estuvo internado en un hospital siquiátrico en La Serena donde mostró mejorías cuando seguía con la medicación. Pero, pronto se aburrió de la gente y los espacios cerrados. Abandonó el hospital y dejó el tratamiento. Estuvo arrendando piezas pero lo echaron. Estuvo viviendo en la casa de su madre pero decidió marcharse y vivir en un campamento improvisado en la población Limarí.

Luis tiene cierta obsesión con la limpieza. Lava prolijamente todos los días su ropa y su cuerpo. Sus duchas al aire libre provocaban el pudor de los vecinos que reclamaron muchas veces. Lucho no “machetea”, jamás se le verá pidiendo dinero. Vive con una pensión solidaria, a mitad de mes se le acaba y sólo entonces recibe ayuda en insumos y en dinero.

El municipio ovallino le consiguió parar una media agua en la orilla del río. El hombre alcanzó a instalarse y puso dos camas. Una para él y otra por si su hijo Daniel iba a quedarse algún día. Una pieza de media agua de 3×2 metros.

No alcanzaba a acostumbrarse a su espacio cuando unos enfermos, delincuentes, deplorables miserias humanas, ejemplo de lo más perturbado de la sociedad irrumpieron de madrugada en la casita de Luis. Lanzaron enormes piedras por la ventana, ingresaron, rompieron y robaron lo que pudieron, agredieron a Luis con combos y patadas, indefenso, con ayuda de un hombre que iba pasando, logró escapar. Los delincuentes, entonces, agredieron al tipo que ayudó a Luis.

La familia le insistió que volviera a una casa. Pero Luis quería quedarse en la calle. Durmió en plazas, en urgencias, en espacios públicos y privados. Su madre, un hermano y un hijo han seguido su situación y lo visitan cuando pueden. Pero a luchito no le gusta la gente, prefiere estar solo y viviendo al aire libre.

El frío invierno de este año 2017 adaptó un paradero de la costanera como su hogar. Aisló las murallas con nylon y se quedó viviendo.

Esta era el refugio que se armó Luis en un paradero. Foto cedida

No pasó mucho tiempo hasta que las autoridades lo echaron. Hoy vive unos metros más atrás del paradero. Encima de las defensas anti inundación de la avenida Costanera. Hace unos días Lucho fue agredido cobardemente, la agresión fue tan grave que le sacaron dientes con los golpes. Los culpables: otros sujetos en situación de calle, pero alcohólicos y drogadictos.

Edna Franulic jefa del departamento social de la municipalidad tiene conocimiento del caso. Señala que Luis es un tipo un tanto complicado de genio y porfiado. Que no se da con la gente y que evita el contacto social. Corrobora que es tranquilo y bueno. Que no consume drogas ni alcohol y que es urgente ir en su ayuda. Ya trabaja coordinando con la familia para ver las acciones a seguir.

Luis Alarcón necesita un terreno para que puedan instalarle una media agua. Ojalá en el campo, para no estar cerca de los mismos delincuentes que le hicieron daño. Comida, agua y ropa son bien recibidas en su campamento. Y no se extrañe si no le hace caso, está medio sordo de un oído.

Por: Ignacio Zuleta Pereira.

 

OvalleHoy.cl