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La lluvia en las comunidades agrícolas y la política de recarga de acuíferos

Este jueves recién pasado nuestra región se vio beneficiada por una lluvia que, en algunos sectores, especialmente costeros, llegó a los 20 mm, lo que equivale a un riego.

Para las comunidades agrícolas, que viven exclusivamente de las aguas lluvias, es un respiro ya que les permite salir parcial y temporalmente del agobio en que se encontraban por la falta del recurso. Especialmente importante es para los crianceros a quienes el auxilio les llega en el preciso momento en que están empezando a parir las cabras. Ahora tienen la esperanza cierta que algo de verde habrá para la alimentación de sus ganados. Y eso ayuda a dormir mejor.

Por otra parte, tan importante como lo mencionado, es que la lluvia permite la recarga de acuíferos naturales, corrientes de agua subterráneas semi superficiales, que son las que nutren vertientes y norias del secano, recargando y recuperando pozos que le permitirá al comunero contar con agua para la bebida, el riego de sus huertas caseras y la mantención de su ganado caprino, aun cuando sea por un corto tiempo.

Sin embargo, la alegría de ver videos donde crecen algunas quebradas se ve empañada, al ver que esa agua, una vez más, no es aprovechada íntegramente y se va directamente al mar. La indignación empieza a crecer porque esto de hacer ver la importancia de incorporar disposiciones cuyo propósito sea la implementación de técnicas de recarga artificial de acuíferos no es nuevo. El cambio climático llegó, tenemos las peores sequías de la historia, la brecha hídrica crece día a día, pero en las comunidades agrícolas, nada ha cambiado. Todo se enfrenta de la misma y centenaria manera.

Actualmente el Código de Aguas contempla la posibilidad de efectuar obras de recarga artificial de acuíferos, previa autorización de la DGA, con el objetivo de aumentar la disponibilidad de aguas subterráneas, (aunque no veo que papel jugaría la DGA en terrenos de secano)

Una de las razones para no hacer nada es que no existen estudios ni información acerca de los acuíferos ni menos un marco regulatorio.

El Gobierno Regional debería disponer de un presupuesto para la ejecución de estudios y de obras sencillas de habilitación de suelos, que irán en directo beneficio del archí postergado comunero, que no son costosas y que serían más rentables que el uso de camiones aljibes.

Entre ellos, tapiar quebradas con muros pequeños, no con el objeto de guardar agua, sino de utilizarlas como piscinas de infiltración, o el subsolado transversal a la pendiente de las aguas lluvias, como se hace en muchas partes con excelentes resultados, o la excavación de zanjas transversales, del ancho de la pala de la excavadora (1 m) en las partes altas de las comunidades. Todas estas obras sencillas, retienen el agua y le permite infiltrase y recargar los acuíferos superficiales de las comunidades agrícolas.

Empezar con un plan piloto, sería una buena señal.

Héctor Alfaro Jeraldo

OvalleHoy.cl