InicioultimasOpiniónLa sociedad de hoy está construida desde el imperio del capitalismo neoliberal

La sociedad de hoy está construida desde el imperio del capitalismo neoliberal

Iba Jesús enseñando por ciudades y pueblos mientras se dirigía a Jerusalén. Alguien le dijo: Señor; ¿es verdad que pocos hombres se salvarán?

Jesús respondió: Esfuércense por entrar por la puerta angosta, porque yo les digo que muchos tratarán de entrar pero no lo lograrán. Cuando el dueño de casa se decida a cerrar la puerta, ustedes quedarán afuera y se pondrán a golpear; diciendo: ¡Señor, ábrenos! Pero él les contestará: No sé de dónde son ustedes. Entonces ustedes comenzarán a decir: Nosotros comimos y bebimos contigo, tú enseñaste en nuestras plazas. Pero él contestará: No sé de dónde son ustedes. ¡Aléjense de mí todos los malhechores! Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras ustedes habrán sido echados fuera.

Y vendrán hombres del oriente y del poniente, del norte y del sur, a tomar parte del festín, en el Reino de Dios. Pues algunos que ahora son últimos, serán los primeros, y en cambio los que ahora son primeros serán los últimos.

                                                                                                                          Lucas 13, 22-30.

La interrogación que hoy día nos señala la Palabra de Dios, es un problema que traspasa toda nuestra vida; el problema de la salvación. La pregunta inicial ¿serán pocos los que se salvan?

Es algo que nos inquieta saber y conocer el día y la hora o saber quién se va a salvar. Jesús rechaza categóricamente, satisfacer este tipo de curiosidad, en vez de la curiosidad Jesús nos introduce el elemento sorpresa, la realidad a lo imprevisible y del esfuerzo para entrar por la puerta estrecha.

Con la respuesta Jesús quiere desmontar la seguridad con la que el pueblo de Israel ha vivido, creyendo que es el único pueblo elegido por Dios y por tanto se da por descontada la salvación. Jesús le dice, no estén seguros, porque vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios. Seguramente en el pensamiento de Jesús está planteada la idea de la salvación universal.

Lo sorprendente de Jesús no sólo está en el número de los invitados al banquete, sino la preocupación por los excluidos, la realidad se contrasta con aquellos que presumen de tener los derechos y la categoría para participar. Nos podemos encontrar con la terrible realidad de que aquellos que hacen creer con toda seguridad que saben de qué parte está el Señor, se dan cuenta después, que él no sabe quiénes son porque jamás ha tenido que ver con ellos, con sus ideas, con sus falsas seguridades, con su mentalidad mezquina y egoísta.

De igual manera existe el peligro de que los que se tienen por privilegiados porque han cumplido fielmente con los rezos, asisten a la eucaristía y practican los mandamientos de Dios y  de la Iglesia, caigan en la cuenta que el orden de participación en el banquete ha sido invertido, porque hay últimos que serán los primeros y primeros que serán últimos ¿quiénes son los últimos que serán los primeros? Tanto en la sociedad de Jesús como en la sociedad de hoy este grupo está bien definido, son los excluidos y arrinconados por razones económicas, sociales, políticas, culturales y religiosas. La sociedad de hoy está construida desde el imperio económico del capitalismo neoliberal que genera muchos excluidos que no cuentan, más bien estorban porque no producen. En esta sociedad el hombre no tiene ningún valor por ser tal, él vale por lo que tiene, por el poder o por el saber. Los excluidos son los predilectos del Reino no solo por su condición, sino también por su corazón, por su capacidad de compartir y de luchar solidariamente por los más pobres. Este texto nos debe poner alerta y saber que estamos aportando por construir un país y una sociedad más justa y hacer realidad el mensaje de Jesús. No nos debemos creer que ya estamos salvos, sino más bien dar pasos para lograrlo.

¿Qué podemos sacar de provecho para nuestra vida de este texto?

Hugo Ramírez C.

OvalleHoy.cl