La propietaria de la Heladería Alameda, ubicada en la calle Ariztía Poniente, frente al espejo de agua, se llevó una desagradable sorpresa en la tarde del lunes cuando al salir a la puerta del local descubrió que dos de las sillas de la terraza habían desaparecido.
Al revisar las imágenes de las cámaras de seguridad observaron a un sujeto de alrededor de 25 años que, simulando ser cliente, se instaló en una de las mesas y luego de mirar en todos sentidos, cogió dos de las sillas desplegables, se las puso bajo el brazo y se marchó con ellas.
Las imágenes fueron revisadas por carabineros los que , creyendo identificar al ladrón, se pusieron en su búsqueda.
El llamado es a no comprarlas si alguien se las ofrece en la calle, porque incurría en el delito de receptación. Mejor aún si llama a carabineros para dar cuenta de ello.
La Heladería Alameda es de propiedad de una pequeña y esforzada comerciante, que ofrece no solo diversos helados, sino servicios de internet, telefonía y fotocopias.