InicioActualidadCrónicaLas cabras de Clara: un testimonio de vida

Las cabras de Clara: un testimonio de vida

26-11-2014 Clara González1
(Foto: Javier Godoy)

Clara vive en Ovalle, en el sector El llano de la Chimba, allí tiene una parcela grande. Un pedazo de tierra que le da sustento. Hay un par de árboles y muchas cabras que saltan y merodean buscando algo para comer mientras toman el sol. Ellas entregan la materia prima para elaborar el nutritivo queso de cabra.

A eso de las siete de la mañana, Clara sale de su casa para empezar la ordeña. La leche que saca, se guarda para que cuaje y se enfríe. Mientras, los animales pasean por el campo. Eso hasta el mediodía, cuando vuelven a su establo y viene la segunda parte del proceso de la elaboración del queso que incorpora los paños y el moldeado. “Ese mismo día, se echa la sal y se guardan”, explica.

La rutina se repite todos los días. “Aunque los primeros meses las cabras dan más leche, así que cuando no hay mucha producción de queso, vendo pan amasado a mis compañeras del Banco Comunal, a los almacenes y otros negocios”, cuenta.

Hace poco más de un año que Clara es parte de Fondo Esperanza. Llegó por una amiga que la invitó. “Se iba a formar un Banco Comunal acá en mi sector, así que me sumé y ha sido una muy buena experiencia”, dice. Lo que más valora son las capacitaciones. “Nos ha servido mucho porque se aprenden cosas que nos ayudan a emprender mejor y tener más producción”.

Ella lleva más de veinte años en el negocio de las cabras, el campo y el queso. Su familia también tuvo parcelas y animales, así que Clara se crió en ese ambiente rural. “Tuvimos siembras y en ese tiempo recibíamos créditos del Banco Estado y el Indap. Pero ahora estoy sólo con Fondo Esperanza y espero que no se acabe nunca”, dice riendo.

El queso que elabora lo vende en una feria de Ovalle y cuando se dan ocasiones especiales como ferias, prepara quesos más variados, con orégano o merquén. Aunque ahora está enfocada en fortalecer su producción que alcanza unos 15 kilos diarios, más o menos. “Me van a dar un subsidio para hacer un galpón para mis cabras. Ellas son todo, dan mucho y hay que cuidarlas”, asegura.

Para Clara, la meta es mejorar y seguir creciendo. “Mis cabras son buenas, pero me gustaría tener otras más lecheras. Además de tecnología para procesar el queso y capacitaciones para aprender más sobre el tema”. Termina de decir esto y se despide apurada. Es hora de ir a guardar las cabras y empezar a trabajar el queso. Así como todos los días.

Fotos: Javier Godoy

OvalleHoy.cl