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Las redes sociales, un “arma” de doble filo

Las redes sociales como Facebook, Instagram, Twitter, LinkedIn, entre otras, pueden ser muy buenas y útiles, para “reencontrarse” con antiguas amistades, sobre todo aquellos que no crecimos con ellas y que desde hace unos años nos han permitido reencontrarnos con compañeros del colegio, liceo, de la escuela, etc. aquellos de los cuales nos separamos, por las diferentes circunstancias y caminos que nos presentó la vida, pero también y por desgracia tiene un lado malo y peligroso.

Pues finalmente, puede ser que tras un “perfil” no esté la persona que dice ser, esto ha ocurrido muchas veces en casos en los cuales están involucrado menores de edad y depredadores sexuales, que se hacen pasar por personas de edad similar y “envuelven” de tal manera al niño o adolescente para llevar a cabo sus siniestros y nefastos propósitos. Esta práctica de acercarse a los niños y adolescentes para ganar su confianza, crear lazos emocionales y avisar de ello, utilizando las redes sociales es conocida como grooming.

También existe otro lado “oscuro” del mal uso de estas redes, que finalmente dependerá del propósito que se les dé lo buena o mala que pueda ser para una persona y otra, por ejemplo, si un individuo quiere humillar, denostar, afectar la honra y crédito de una persona, perfectamente puede crear un perfil falso y hacerse pasar por ella, situación que para el usurpador sería buena y beneficiosa, pues la red social le “sirvió” para cumplir sus fines, pero para la víctima aquello es muy malo. Pero convengamos que siempre será malo, además de ser un delito el hacerse pasar por otra persona, es de una bajeza espiritual suprema.

Cuestión que desgraciadamente nadie está libre, todos hemos sido víctimas de este tipo de situaciones, que no se deben tomar a la ligera pues como comenté antes esto es un delito que trae aparejado penas que pueden ir desde los 61 días a los 540 días y multas de 5 a 30 UTM, pero esto no es nada comparado con el daño en la honra y reputación que pudiera haber causado aquel que se hizo pasar por una persona.

Porque se puede dar el caso que se cree un perfil falso y que de ese perfil con nombres y fotografías de la persona que dice ser, se insulte a otras personas, se les denigre y menosprecie generando en el pensamiento colectivo y en la víctima de esos comentarios una mala impresión de quien también está siendo víctima de la usurpación. Es por ello por lo que no se debe tener miedo de hacer las denuncias a la Fiscalía o a la PDI cuando estos casos sucedan, porque se estaría casi que concientizando que este tipo de situaciones ocurran.

El honor y la honra que todos poseemos no debe ser mirado en menos ni menos preciado, más cuando puede y debe ser considerado como parte de la dignidad y equivalente a la reputación, prestigio, la gloria o la fama, que son derechos humanos establecidos tanto en el artículo 12 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, como en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, conocida también como Pacto de San José de Costa Rica en su artículo 11, siendo un bien jurídico protegido por nuestra legislación y la legislación internacional.

El hacerse pasar por otra persona, no es un juego, es un delito, todos debemos denunciar, no sólo por el daño al honor objetivo del suplantado que es ni más ni menos que la reputación social de la que tiene y goza esa persona con sus pares, sino por la otra víctima que puede ser de abuso de confianza, económico, sexual, entre otros. Es por ello que denuncien no dejemos que el buen uso que le podemos dar a estos medios de comunicación se vean enturbiado y que se abuse de ellos para cometer fechorías.

Susana Verdugo Baraona.

OvalleHoy.cl