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Las redes sociales y su uso en la administración pública

En nuestro país, un alto porcentaje de los internautas son usuarios de redes sociales y cada vez  más personas se conectan a ellas con mayor tiempo, especialmente gracias a los dispositivos móviles y como las administraciones públicas deben permanecer junto a los ciudadanos, y la ciudadanía está en las redes sociales y los móviles, se están involucrando en alta medida en la era de la Administración 2.0.

Consecuencia de ello, es que esté surgiendo un perfil de ciudadano comprometido con la mejora de su entorno y con habilidades para poner en marcha proyectos colectivos a través de tecnologías sociales, que nos advierten que si las administraciones públicas no ofrecen respuestas a las necesidades y demandas de los ciudadanos, serán ellos quienes generen sus propias soluciones al margen de la administración, lo que hace necesario que las autoridades sean perceptivas.

Los organismos del Estado, para mantenerse informados y servir de mejor forma a los ciudadanos, han creado sus redes digitales propias, lo que les permite conocer de primera fuente los efectos que producen en la población las medidas que implementa, el estado de satisfacción o molestia de las leyes que proyecta y de manera especial la “aceptabilidad de que gozan”. Utilizando este  instrumento en su intento de consolidar gobiernos cercanos; y a través de estas redes los ciudadanos les felicitan o “reclaman” cuando se ve favorecidos o afectados en sus derechos

Es preciso señalar el rol de las redes sociales para alcanzar la inteligencia de las masas, y que las tecnologías sociales sirven como herramientas idóneas para permitir la producción colaborativa de conocimiento. De ello tenemos como experiencias de éxito lo ocurrido con Wikipedia, lo que llama a preguntarnos ¿qué ocurriría si se pusieran a trabajar, pensar y producir de manera colectiva la totalidad de empleados del sector público del país?.

La cada vez más intensa interacción entre los ciudadanos genera grandes datos que “deben” ser analizados por las administraciones públicas y mediante este análisis, se puede percibir sin dudas el entorno social en tiempo real, como nunca antes se había producido, convirtiendo a los administraciones públicas, en entes más perceptivos y con ello también más inteligentes.

Es en esta interacción entre gobernantes y gobernados, donde se producen graves problemas comunicacionales, ya que las respuestas a las felicitaciones u aprobaciones de las medidas que se implementan redundan en rápidos agradecimientos, visitas a terreno para referirse “in situ” a los adelantos logrados, reforzamientos de promesas, etc., pero en cambio cuando en los organismos públicos los entes receptores de reclamos o información que contradicen su apreciación de “perfecto funcionamiento en sus áreas”, omiten responder, dilatan las investigaciones, disfrazan situaciones, o sencillamente prometen soluciones, que se eternizan en calidad de “promesas”.

Este actuar de los organismos públicos, incide en la creación de nuevas redes que a través de la tecnología para darse a conocer debilitan al Estado y vencen el poder transitorio de que gozan, quienes no reconocen sus errores y falencias, e insisten en mantener su errático y dañino accionar.

Susana Verdugo Baraona*

*La autora es médico pediatra y fue Gobernadora de Limarí.
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