La joven de origen haitiano e hija del suboficial de la Fach, el ovallino Mario Castillo, integra el equipo femenino de relevos que esta semana participará en los Juegos Panamericanos en la disciplina 4 x 400 metros.
Berdine Integra el equipo de relevos femenino junto a María José Echeverría, Stephanie Saavedra, María Fernanda Mackenna y Martina Weil que mañana jueves iniciará su participación en semifinales de la prueba de relevos femenina 4 x 400 metros.
Repasemos su emocionante historia. Su padre, el oficial de la Fuerza Aérea Mario Castillo, viajó a Haití como miembro de la primera misión de paz enviada a ese convulsionado país del Caribe. En 2006, recorriendo la capital Puerto Príncipe, conoció un hogar de menores. Sus visitas al lugar se mantendrían con el tiempo. Se había encariñado con una niña de sonrisa amplia y a la que su mamá biológica visitaba de vez en cuando. De su padre no había noticias.
Castillo, ex alumno del Colegio San Viator de Ovalle y miembro de una conocida familia local, mandaba fotos de la chica a su familia en Chile y un día su esposa, Patricia Lillo, le preguntó que «por qué no intentaba traerla». Empezaron los papeleos, los nervios y la espera. En 2009, tres años después de su llegada, Berdine por fin se transformó en la primera haitiana adoptada por decreto de la Corte Suprema. Al principio, la niña hacía señas para comunicarse porque apenas conocía algunas palabras en español y cuando salía a la calle todas las cabezas se volteaban. Como ella dice, no era usual «ver alguien con el color de mi piel» en esa época.
Hoy Berdine, a sus 19 años, es una de las esperanzas del atletismo nacional, siendo su especialidad los 200 metros planos. Esta semana ella saldrá a la pista buscando dar a Chile una nueva medalla.
Tal vez entre esos miles de inmigrantes de la misma nacionalidad que han ingresado a Chile en los últimos meses hay otros como ella que encuentren en el deporte una esperanza de sobresalir y retribuir a su nuevo país.
