InicioActualidadCrónicaLos Peñones fue el epicentro de la celebración del 18 en Ovalle

Los Peñones fue el epicentro de la celebración del 18 en Ovalle

Cámara en ristre, abordamos la primera micro que salió desde la alameda hacia el Parque Los Peñones para realizar una visita al foco de la celebración ovallina. Es una extraña mezcla de pasajeros: la mayoría gitanos de todas las edades, que pretenden vendernos esclavas de cobre (buenas pura el reumatismo) y turistas que los miran con desconfianza, como diciendo “en que maldito momento se nos ocurrió subirnos”.

Ya en el lugar pudimos observar a padres que intentaban enseñar a sus hijos pequeños los rudimentos de elevar un volantín (con distinta suerte), pequeños felices de realizar su primer paseo a lomos de un caballo, ante el orgullo de sus progenitores. E incluso esos niños emocionados de descubrir en el fondo del río peces nadando entre las lamas: “Papá, papá, ven a ver esto: son peces”.

Los padres que se afanan ante un brasero para encender y mantener el fuego, o cuidar la carne, los trutros de pollo, choripanes, prietas, churrascas, obedeciendo la orden de la jefa de la familia: “mira la carne, que no se te vaya a quemar”.

Grupos familiares enteros ya instalados en un puesto de venta de alimentos, o detenidos ante otro que expende la buena chicha, el pipeño o el ya tradicional “terremoto”.

Nos sorprende un local que ofrece “Terremotos Infantiles” y donde las encargadas nos dan la receta, pero que no se las cuente a nadie: “Pulpa de jugo, granadina y helado”. “A los niños les fascina”, aseguran.

Una familia de turistas extranjeros recorre la orilla del río, captando imágenes de regatas en el agua, y de un jamelgo que con las patas en el cauce hace de manera desenfadada sus necesidades, ante el horror de los visitantes chilenos.

Pasa una pintoresca carretela tirada por un burro y con niños en la parte posterior haciendo señas a sus padres que los miran a la distancia. Los enfocamos con la cámara y el veterano conductor nos llama la atención indignado:

“No puede tomar fotos”.

¿Queee?, preguntamos sorprendidos.

“¿Que no escuchó? No puede tomar fotos”, repite mientras se aleja.

Parece un personaje sacado de uno de esos libros de Lewis Carroll que le leo a mis nietas.

Mientras espero locomoción para regresar a la ciudad, a la distancia veo al Nanito, el “Niño de las cañas” que se aproxima a un puesto atraído por unas tortillas. Mete la mano al bolsillo y le exhibe a la encargada unas monedas, pero parece que estas no son suficientes.

Cuando comienzo a acercarme para aportar lo que falta, el dueño del puesto a la distancia, hace un movimiento afirmativo con la cabeza, y el Nanito, se marcha feliz, bailando de alegría con su logro.

Al parecer todos están hoy contagiados con el espíritu de Fiestas Patrias.

M.B.I.

Terremotos Infantiles: encargadas nos entregaron la receta
Regatas en el río.
Inmigrante jugando al Taca Taca.
Los dejaron a cargo de la parrilla y de la tetera. Esta última, nos cuenta, sale solo para las Fiestas Patrias.
El cochero se enojó porque le sacamos esta foto.
Familia que come empanadas unida, permanece unida.

 

OvalleHoy.cl