Esta frase no es antojadiza; de hecho todos hemos de recordar cuando en 1987 el Papa Juan Pablo II durante su discurso, interpeló a Chile en la CEPAL con su frase “los pobre no pueden esperar” y de hecho, esto último debiese ser una constante preocupación a nivel país. Sin embargo, por más que esta debiese ser la máxima primicia, ello no fue así; puesto que según la encuesta sobre ocupación y desocupación en el gran Santiago, que fue realizada a fines de octubre del año recién pasado, donde en ella se analizan tres periodos de la evolución de la pobreza en nuestro país, por parte del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, quienes usaron la misma metodología que han empleado desde 1957. Si bien este estudio se realizó en Santiago debido al grave problema económico a nivel país y al centralismo existente, no me cabe la menor duda que la situación en región debe ser similar o peor.
El primer período que analiza dicho estudio es el comprendido entre los meses de marzo del 2006 a marzo del 2010 (primer Gobierno de Bachelet); aquí la pobreza aumentó de un 16% a un 20%. El segundo período analizado es el de los meses de marzo del 2010 a marzo del 2014 (Gobierno de Sebastián Piñera); aquí la pobreza se redujo del 20% al 11% y finalmente el tercer período estudiado es de marzo del 2014 en adelante, donde la reducción de la pobreza se ha visto estancada. Esto último ha acaecido producto de la pérdida en el dinamismo económico y también, por las contantes reformas que no hacen otra cosa que frenar la actividad productiva, lo que no hace más que perjudicar al país y en especial a todas las familias de menores recursos, las que ven como su opción de salir de la pobreza se va postergando de igual manera.
De hecho, Chile es el país con mayor desigualdad salarial de los 18 Estados de la organización para la cooperación y el desarrollo económico (OCDE) en especial en la pobreza infantil, en los empleos informales y en la desigualdad de género que se presenta en el mercado laboral. Si nos referimos a la desigualdad en el ingreso entre el 10% más rico y el 10% más pobre, esta es de un 27 contra uno. Por otra parte, la pobreza relativa de Chile es de un 18% frente al 11,5% de la OCDE y los niños son el grupo con mayor índice de pobreza; Chile enfrenta cifras del 23.5% frente al 13.3% de la OCDE, con todos los efectos negativos presente y futuro que ello conlleva. Las mujeres a su vez, tienen un 23% menos de probabilidad de trabajo que los hombres, es por esto que se debe promover la inclusión de las mujeres en el mercado laboral y además, generar puestos de trabajo de calidad y reforzar la formación continua durante la vida laboral.
Para reducir la pobreza un factor fundamental es el crecimiento económico, puesto que con ello, se pueden permitir y crear más empleos y mejores salarios; especialmente para los más vulnerables; ello explica la disminución de la pobreza en un 77% entre los años 2006 a 2013. Por desgracia el crecimiento económico se ha debilitado en los dos últimos años, pasando de una tasa del 5% a sólo un 2% y de haber continuado creciendo a una tasa del 5% como lo fue durante el Gobierno de Piñera, más de 500 mil personas ya habrían superado esta condición; por lo mismo, invito al Gobierno de Bachelet a que se ponga las pilas y que esta vez no quite patines, sino que se los coloque a los vulnerables para que alcancen a los más ricos y que no tire para abajo a los que tienen más…
Dra. Susana Verdugo Baraona.