El desgarro del alma la justicia del necesitado
Disfrazada dolor, envuelta en una cruel cobardía
Los misiles, las armas nucleares están extirpando la infancia
Tanto horror, miradas inertes posan frente a las cámaras
El morbo de la pantalla retrata un destino que ya parece normal
Las fuerzas con que son movidos esos frágiles niños desvanecidos
Retuerce el alma, matan la esperanza
Han torturado sonrisas inmaculadas, sentimientos nobles
Han fusilado pichangas de barrios, han extinguido tacitas de té
Les han dado una bofetada al porvenir
Malditas armas que disparan directamente al derecho de nacer, de crecer, de jugar
Los lentes enfocan las miradas perdidas de cuerpecitos inertes
Que cometieron el pecado de querer vivir, de querer sentir.
¿Dónde está la divinidad?
¿Dónde está la compasión?
¿Dónde está La intuición?
Las pieles paralizadas se abrazan entre sí y parecen buscar refugio y abrigo
Aun estando desposeídas manejan la esperanza
de resucitar las conciencias de seres indolentes como tú y yo
que no queremos reaccionar frente al patético Bashar al Asad, al tirano Putín
o al desquiciado Tío Sam.
Pero sus ojitos, sus manitas, sus boquitas nunca más volverán a sentirse,
mas piden perdón
por el más animal de todas las criaturas mortales:
El gran y poderoso hombre
¡Cuánto dolor, cuánto dolor, cuanta traición!
Sonia Alejandra Guerrero