InicioultimasOpiniónMaría Malebrán Gallardo: educadora y gestora cultural

María Malebrán Gallardo: educadora y gestora cultural

Ayer supe del lamentable deceso en Santiago de la destacada educadora y gestora cultural señora María Malebrán Gallardo, después de haber padecido  una larga enfermedad que la mantuvo alejada por mucho tiempo de  su cargo de directora de la Biblioteca Pública de Ovalle.

La señora María Malebrán nació en Ovalle el 25 de febrero de 1949, en una distinguida familia compuesta por su padre, don José Manuel Malebrán; su madre, doña Delfina Gallardo, y cuatro hermanos: María Isabel, Noelfa de la Cruz, César Arturo y María del Rosario.

Casada con José Jaime Felipe Álamo, conocido empresario ovallino, fue madre de tres hijas: las profesionales Jacqueline Isabel, Sandra Elizabeth y María Paz. Sus hijas le dieron ocho nietos, que en su madurez alegraron su vida y le dieron un nuevo sentido.

Cursó estudios primarios en la ex Escuela N° 2 de Niñas, humanidades en el Colegio Amalia Errázuriz y ex Liceo de Niñas, y estudios superiores en la Universidad de La Serena, donde recibió el título de Profesora de Estado en Educación General Básica.

Inicia sus labores docentes en la comuna de Río Hurtado, hasta 1974, año en que ingresa a la planta funcionaria del primer sector de la Dirección Departamental de Educación de Ovalle, donde ejerce en la Escuela de la Chimba y luego en la ex Escuela N° 1, hoy Escuela Oscar Araya Molina.

En 1990, la jefatura del Departamento de Educación Municipal la traslada a la Biblioteca Pública “Víctor Domingo Silva”, primeramente cumpliendo labores administrativas y dos años después, a cargo la dirección del servicio en mérito a su desempeño responsable y competente.

En 1995, la biblioteca -que había funcionado hasta entonces en un antiguo caserón en calle Independencia- se traslada al Centro Cultural “Guillermo Durruty Álvarez”, que el año anterior había sido habilitado en la ex Estación de Ferrocarriles del Estado.

Desde entonces y bajo su conducción, la biblioteca comenzó un lento pero sostenido itinerario de crecimiento y mejoramiento de todo orden, convirtiéndose en un recinto espacioso y moderno, implementado con amplias estanterías y un fondo bibliográfico y audiovisual permanentemente enriquecido y actualizado. Entre sus obras -todas meritorias- destaco: creación del Rincón Infantil, habilitación del Área del Patrimonio Cultural y literario  de la provincia de Limarí, El Casero del Libro en la feria modelo…y muchos otros proyectos ganadores en concursos del Fondo Nacional del Libro y la Lectura,

En su labor a cargo de la biblioteca, la señora María Malebrán se caracterizó por su iniciativa, voluntad emprendedora y gran capacidad de trabajo, pero sobre todo por su trato gentil, amable y comprensivo, cualidades que la hicieron merecedora del respeto y estima de sus colaboradores y de quienes somos usuarios habituales del servicio.

Fueron, a la fecha, 30 años de labor al servicio de innumerables niños, niñas y jóvenes estudiantes, trabajadores, trabajadoras y dueñas de casa, que concurren periódicamente a la biblioteca, no sólo para leer o estudiar, sino también para disfrutar de otras interesantes actividades culturales.

Durante los dos últimos años, la señora María se ausentó de la dirección de la biblioteca a causa de su lamentable enfermedad, pero siempre esperando con mucha fe y fortaleza la recuperación de su salud para reasumir sus funciones. Quienes la conocimos en su doble dimensión personal y laboral, sabíamos que al regresar traería nuevos e interesantes proyectos para hacer más acogedor el recinto, actualizar el fondo bibliográfico o servir en mejor forma a los usuarios. Todo esto como ella siempre lo supo hacer: con entusiasmo, disciplina y perseverancia.

La señora María Malebrán ha dejado, a quien le sucederá en la dirección de la biblioteca y a todos los funcionarios y funcionarias, un legado muy valioso, que es el testimonio de su cariño, responsabilidad y compromiso en el ejercicio de sus funciones. Y a quienes fuimos usuarios habituales, el recuerdo de la gentileza y empatía con que nos atendía en su oficina cada vez que necesitábamos una información, una sugerencia o un consejo, porque ella no sólo fue para nosotros proveedora de un servicio, sino también una amiga muy estimada.

Mi más sentido pésame a su distinguida familia.

Fernando A. Ortiz Carvajal

OvalleHoy.cl