InicioultimasOpiniónMi emoción al ver las lágrimas de la señora Marta

Mi emoción al ver las lágrimas de la señora Marta

En la entrega de reconocimientos a mujeres destacadas de Ovalle efectuada en la noche del viernes en la Plaza de Armas se reprodujeron escenas de emoción y alegría entre las premiadas y sus grupos familiares que a su vez compartieron esas imágenes  a través de las redes sociales.

Hubo sin embargo un premio que en lo personal me conmovió. El recibido por la artesana Marta Villagrán.

La conocí un día caminando por el paseo peatonal observándola sentada sobre el piso, apoyada la espalda contra el muro del edificio del City Point, fabricando flores de plástico y recibiendo en una caja colocada a sus pies las monedas de las personas que pasaban.

Me llamaron de inmediato dos cosas de ella. La primera, la ausencia de sus dos brazos y manos, y en su lugar prótesis con las que se las arreglaba para trabajar con notable habilidad en la fabricación de flores de papel. Y me detuve varios minutos a observarla a la distancia.

Lo otro que me llamó la atención – y en especial – fue la sonrisa que iluminaba a cada momento su rostro, en especial cuando se aproximaba un niño para depositar una moneda en la caja, y ella le entregaba una flor a cambio.

“Gracias mi niño”, y una sonrisa iluminando su rostro moreno.

Y yo me decía reanudando la marcha. ¿Cómo es posible que sonría con ese drama que parece cernirse sobre su vida? Una mujer joven, sin brazos. Sin olvidar que yo en algún momento me he echado a morir por cosas infinitamente menores.

Hasta que un día no resistí y me detuve a conversar con ella para saber de su vida. Y ella, con la misma sonrisa de siempre, se abrió para contarme su tragedia.

Hace seis años cuando vivía en Tierra Amarilla, tercera región, llegó hasta su casa su ex pareja  con el pretexto de entregarle dinero para los dos hijos que tenían en común. Sin embargo cuando estaban ambos en la cocina, él hizo estallar una carga de dinamita que le dio muerte inmediata y causándole a ella graves lesiones que obligaron a amputarle los brazos.

Ella sin embargo no se echó a morir y, con la ayuda de otras personas, rehízo su vida, aprendió un oficio en la fabricación de flores de plástico;  y en lugar de pedir dinero a los transeúntes exhibiéndo su impedimento (como hacen muchos), vende el producto de su trabajo.

Pensé que rehusaría ser fotografiada, pero no. Incluso coqueteó sonriente al momento de enfocarla con la cámara. “Es que estoy tan chascona”, mientras con un gesto femenino se arregló el cabello.

Hice una pequeña nota para el diario que ha sido la noticia más leída durante el año 2017. Su caso llegó directamente al corazón de los lectores.

Por eso cuando la vi entre las premiadas del Día de la Mujer, y su llanto sobre el escenario mientras el alcalde Claudio Rentería le entregada el reconocimiento, no pude dejar de emocionarme.

Alcalde, no siempre estamos de acuerdo en muchas cosas y en más de una ocasión hemos discutido fuerte. Pero aquí se anotó un poroto.

Yo creo que no hay mujer que merezca más el premio que la señora Marta. Por su capacidad de levantarse y mirar de frente a la vida para salir adelante no obstante las dificultades.

Ella representa fielmente al espíritu de la verdadera mujer chilena.

M.B.I.

OvalleHoy.cl