Desde que tengo memoria el cirujano dentista Ivan Pavletic ha sido vecino de mi familia; en su casa de dos pisos ubicada en la calle Carmen esquina Independencia de Ovalle, al costado de los Jarufe.
Su inconfundible estampa de cirujano y agricultor media “gringa” acompañado de su perro bóxer y su caminar un poco ladeado ha sido nuestro compañero de barrio por decenas de años, junto a su familia e hijos.
El doctor Pavletic ha sido durante toda su vida una persona de bajo perfil, austera y seria; el dentista del barrio independencia; que sin embargo por largos y muy grises años, fue también el referente más importante y presidente de la Comisión Chilena de Derechos Humanos en Ovalle.
Comisión fundada en 1978 con el objetivo de trabajar en forma pluralista, libre y autónoma, por la vigencia efectiva, respeto, protección y promoción de los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos consagrados en la carta internacional de derechos humanos.
Carta de derechos humanos que tuve el honor de recibir de sus propias manos en su casa; una tarde de agosto; y que por largos años tuve colgada en mi oficina hasta que el tiempo y los diversos cambios y terremotos la terminaron deshojando.
Don Iván Pavletic desde el comienzo – y junto a otros como don Patricio Castro; Iván Ramírez ; Rafael Parra y muchos más, fueron recopilando antecedentes en Ovalle orientados a la defensa de los perseguidos, participando en una etapa muy oscura en su defensa legal junto a unos pocos escasos con abogados ovallinos como don Raúl salamanca Jorquera, don Adolfo Lay ; don Fernando Peñafiel Salas entre otros.
Terminado aquel tiempo amargo; don Ivan Pavletic ha seguido trabajando como el que más en su profesión de cirujano dentista y agricultor en Talhúen; y debo agradecerle que como ser humano haya tenido más luces que sombras.
El correr de los años ha sido implacable para todos nosotros los que fuimos y somos vecinos del barrio.
Los que nos hemos ocupado en distintos trabajos y afanes; desde aquellos años de juventud hasta la madurez de hoy.
Sin embargo; ese devenir de los años no nos puede impedir que le hagamos en nuestra calidad de permanentes vecinos , un homenaje, a su persona austera, amable y media gringa , que fue un baluarte silencioso en la defensa de los derechos humanos; y que para nosotros los del barrio es nuestro muy respetado , querido y apreciado vecino.-
SERGIO PERALTA MORALES