Miedo

Mi hija dice que no quiere ser madre. Mi hijo dice que así como vamos, es mejor no tener hijos.

El fundamento es simple: incendio dantesco en la amazonía, ciudades atrapadas en el smog, bosques talados, arrasados por completo,huracanes categoría 5 que destruyen ciudades , glaciales desaparecidos, lluvias inimaginables como las de Macondo, sequías insufribles, desertificación, mares de basura, montañas de plástico, hambre. Admito que lo que dicen no me da pena, me da vergüenza, después de todo mi  generación  es bastante responsable de todo el desastre medioambiental  del cual somos testigos día a día.

Mi generación y los poderosos que no escatimaron en resguadar sus intereses corporativos por sobre el bien común, en ese afán  de dinero y poder a toda costa que  lamentablemente aun seguimos amparando. Compramos en sus supermercados, usamos sus medicamentos, acumulamos su tecnología, bebemos de sus venenos disfrazados de fantasía, dependemos de sus combustibles, creemos que necesitamos aquellas cosas que ellos nos convencen que son una necesidad cuando no lo son en verdad.

Nos convencen de llevar nuestras bolsitas al supermercado para no contaminar pero   ellos nos venden todo en plástico; nos incitan a reforestar, a plantar árboles por aquí y por allá,  pero el agua para regarlos se los llevan las mineras, las frutícolas, los latifundistas; nos enseñaron a desconfiar de los pueblos originarios, hasta tratarlos de terroristas, cuando ellos, aquí y en todo el mundo, son los verdaderos centinelas de la naturaleza, son los que más luchan por la tierra que se muere; nos vendieron la educación para la competencia y no la cooperación, educación para la producción y no para la tolerancia, educación para aprender fórmulas y fechas y no para amar.  

Lo peor es que según la ciencia, estamos a un par de décadas, quizás menos, para que este  desastre medioambiental sea irreversible. ¿qué hacemos entonces ? cada uno puede aportar un granito de arena, es cierto, como los esfuerzos de  reciclar, de limpiar sitios, plantar árboles o tener una pequeña huerta  pero ellos, las trasnacionales, las farmacéuticas, la banca,  las mineras, las petroleras, etc., no claudicarán en su anhelo de poder y dinero. Poder y dinero a costa de la destrucción de todo lo natural y la  desaparición de especies incluyendo la humana. Al menos Gaia podrá seguir y reconstruirse. Nosotros no.   

En Ovalle y sus alrededores, las cabritas mueren de sed, las vides son cada vez menos, no llovió y el calor hizo desaparecer el invierno. No sé si se dieron cuenta, pero hace como un mes las hormigas salieron de su hibernación creyendo que el invierno había acabado; desde hace un par de semanas, a las seis de la mañana los pájaros comienzan a cantar como si fuese plena primavera, si miramos los cerros, el año pasado a esta altura estaban verdosos y hoy sólo se ve sequía, cerros de un color  café de desierto, sedientos, tristes.  ¿será de verdad demasiado tarde? 

Tal vez mis hijos tengan razón. Qué miedo

Por K Ardiles Irarrázabal
Columnista

OvalleHoy.cl