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«No basta con preocuparse y prometer, sino que hay que ocuparse y cumplir»

La encuesta Adimark de diciembre, mostró una vez más la baja aprobación de la presidenta, lo que ya se ha convertido en una clara tendencia; contando hoy con sólo un 24% de aprobación, cifra que entre enero y diciembre del año recién pasado, sufrió un descenso en su apoyo de 20 puntos y teniendo una desaprobación del 71%, donde los atributos presidenciales que se estimaban como su principal fortaleza que son; “es respetada por los chilenos” y “cuenta con liderazgo” tuvieron una variación negativa de 5 puntos cada uno; pero el más deteriorado es “le genera confianza” con sólo un 36% de apoyo y 71% de rechazo. Este bajo apoyo se observa de manera transversal en los distintos grupos socio económico del país. De hecho a nivel del género femenino y de los grupos socio económico más vulnerables, se observa una baja en su aprobación del 36% al 27% entre los meses de octubre y diciembre. Las razones de la baja constante de la aprobación de la presidenta, son múltiples; pero puntualmente respecto a la baja aprobación por parte de las mujeres hay dos hechos que me permito comentar:

El primero de ellos, son las promesas no cumplidas en cuanto a la paridad de género, porque en el actual gabinete tiene sólo un 35% de presencia femenina, la más baja en la historia ministeriales de sus Gobiernos, situación que se repite en otras designaciones que en general, no superan el 35%, vale decir, existe 1 mujer por cada 2 hombres nominados. Esta fallida promesa de paridad de la mandataria cobró relevancia tras las críticas a la conformación del Consejo de Observadores Ciudadanos del proceso Constituyente dado que sólo se nominaron a tres mujeres dentro de un total de 17 integrantes (17%). Siendo ese hecho totalmente opuesto a lo que sostenía ella, mientras era la directora ejecutiva de ONU Mujeres, que en sus discursos y en especial en el del 5 marzo del 2012 señaló “que la igualdad de género tiene que ser una realidad vivida como elementos fundamentales para la democracia y la justicia”. A raíz de dichos actos y de su constante inconsecuencia, las mujeres perdieron la confianza en la mandataria, ya que sus políticas públicas parecieran tener sólo una orientación ideológica, sin el más mínimo interés de querer cumplir con sus compromisos y promesas de campaña.

Como segundo hecho; el no tener claro realmente cuales son las prioridades a nivel país; como son tomar medidas efectivas contra la delincuencia, incentivar la economía o por ejemplo, poner un alto a los femicidios (45 en total) que durante el año recién pasado, llegaron a la cifra más alta desde que se dictó la ley hace 5 años. En vez de tener como prioridad la ley de aborto, la legalización de la marihuana, etc. que por lo demás ni siquiera concita el apoyo y acuerdo de todo su conglomerado; sumándole a ello la lentitud del proyecto de salas cunas, el nulo avance en el combate contra la violencia intra-familiar, pese a existir más de 100mil denuncias por este delito, la presidenta no ha hecho ingreso del proyecto de ley prometido hace dos años para fortalecer la protección a las mujeres; de hecho existen 246 comunas en el país que no cuentan con un centro especializado para la mujer en dar asesoría integral para las victimas de la violencia intrafamiliar; además de ser discriminatorio con las mujeres de regiones donde se tienen menos accesos. No basta con preocuparse, sino que uno debe ocuparse de dichos acontecimientos; hay que tener compromiso, voluntad y capacidad para avanzar, no ponerse sólo para la foto, sino este nunca será el Chile que todos queremos, un Chile más justo, democrático, resolutivo y próspero.

Dra. Susana Verdugo Baraona.

OvalleHoy.cl