Las Fiestas Patrias nos han hecho olvidar parcialmente la difícil situación que atraviesa la región de Coquimbo como consecuencia de la sequía, en especial por un desempleo que en los meses que vienen se nos anuncia brutal y de imprevisibles consecuencias.
Y terminado el rasguido de las guitarras, el zapateo de las cuecas, los viva Chile, los desfiles militares y disipados del cerebro los vapores de la juerga en la ramada, la pregunta que cabe hacerse es ¿ y ahora qué?.
¿Qué se puede hacer para paliar este problema del desempleo que amenaza con afectar a más de 1 de cada diez hogares de la región? En especial de aquellos sectores mas vulnerables. La mayor parte de los afectados serán de sectores rurales, con una agricultura afectada de manera superlativa por la sequía, sin que se tenga en estos instantes a la minería para absorber esa mano de obra cesante. Así como tampoco se puede evitar que llegue a los sectores urbanos , extendiéndose al comercio en las ciudades, obligando a los empresarios a cesar en sus puestos a algunos de los empleados a la espera que la situación se normalice.
Nos damos cuenta que este es un problema de carácter nacional, con la desaceleración de la economía, pero que afectará en especial, de manera cruel, a la región de Coquimbo y a la provincia del Limarí.
En este escenario el Gobierno tiene mucho que decir, no sólo adoptando medidas como la entrega de seguros, bonificaciones, cajas familiares, etc, que sin duda ayudan en el momento a paliar la situación pero que no son una solución sustantiva. En estos momentos lo que la gente necesita es trabajo para mantener el grupo familiar, pero también para conservar la dignidad como personas y no depender del puro subsidio.
En ese contexto es urgente la creación de fuentes laborales . Pero no los antiguos POJH, PEM, y otros, sino la implementación de proyectos – grandes, medianos, chicos – que permitan rápidamente generar ese empleo tan necesario. Y además levantar obras significativas y permanentes para la zona.
No hay que inventar nada al respecto, ni sacar conejos de una galera de ilusionista. Hay varios grandes proyectos que están en larga tramitación en la actualidad – por ejemplo el Hospital de Ovalle (ver imagen) , el estadio Municipal de Ovalle, la Ruta D- 43, el embalse valle Hermoso, por nombrar algunos –; y otros que están detenidos – como el de la Escuela América de Combarbalá o el de la Escuela Vista Hermosa de Ovalle – y necesitan ser reactivados a la brevedad.
Esos proyectos deben comenzar su ejecución AHORA, YA, este año. No mañana, cuando las OMIL estén colapsadas de gente requiriendo una opción de empleo; cuando nuestras calles estén colmadas de desempleados encubiertos de comerciantes ambulante; cuando nuestros tribunales estén colapsados de jóvenes que han optado por la vía ilícita, el micro tráfico de drogas, por ejemplo, para solucionar su falta de dinero. Cuando una buena parte de la población de nuestras zonas rurales se hubiere trasladado a las ciudades, generando problemas de imprevisibles consecuencias futuras para los centros urbanos.
Entonces nuestro gobierno regional debe tener la suficiente fuerza como para estar de manera permanente, insistente, majadera casi, golpeando la puerta de los ministerios, en La Moneda incluso, exigiendo prioridad para nuestra región. De lo contrario será sobrepasado por las voces de otras zonas más grandes, más numerosas en población (y en votantes) que también estarán haciendo lo mismo para dar solución a sus problemas y respuesta a las exigencias de su gente.
Ahora el Gobierno tiene la palabra.
El Editor