En todo el mundo, una de cada tres víctimas de trata de seres humanos es un niño, en su mayoría, niñas.
Según el Informe Mundial sobre la Trata de Personas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), los niños y niñas tienen el doble de probabilidades que los adultos de sufrir violencia durante la trata.
La proliferación de plataformas en línea supone más riesgos para los menores porque tienden a conectarse a estos sitios sin las protecciones adecuadas.
Los niños son objeto de diversas modalidades de trata, como el trabajo forzoso, la delincuencia, la mendicidad, la adopción ilegal, los abusos sexuales y la explotación sexual.
Las razones por los menores son el blanco de la trata son numerosas. Entre las más comunes se encuentran la pobreza, el insuficiente apoyo a los menores no acompañados ante el aumento de los flujos migratorios y de refugiados, los conflictos armados, las familias desestructuradas y la falta de cuidados parentales.
Hasta la fecha, la lucha contra el tráfico de menores no ha sido eficaz. Es urgente adoptar medidas integrales para proteger a los grupos vulnerables y ayudar a los niños y niñas víctimas. Esto requiere esfuerzos coordinados a nivel nacional e internacional.
Los Estados deben priorizar la protección de los menores, reforzar las leyes, mejorar la aplicación de la ley y proporcionar más recursos para combatir esta trata.
Las medidas preventivas deben centrarse en abordar las causas profundas, como la pobreza y la desigualdad. Debe prestarse especial atención al tráfico de menores refugiados no acompañados. Es fundamental reforzar las redes de protección de la infancia y adaptar la legislación penal para que responda mejor a las necesidades de los niños.
Cuando se cumple el décimo Día Mundial contra la Trata de Personas, este 2024 la campaña se centra en la sensibilización sobre las causas y vulnerabilidades asociadas a la trata de menores. Hace hincapié en la necesidad crítica de prestar apoyo específico a los niños víctimas de la trata e insta al público y a los responsables de la formulación de políticas a abordar las deficiencias actuales y agilizar las medidas para #AcabarConLaTrata (#EndHumanTrafficking).
Explotación sexual, trabajo forzado, esclavitud…
El tráfico de personas es un grave delito y una grave violación de los derechos humanos. Cada año, miles de hombres, mujeres y niñas y niños caen en las manos de traficantes, en sus propios países y en el extranjero. Prácticamente todos los países del mundo se ven afectados por el tráfico, ya sea como país de origen, tránsito o destino de las víctimas. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), como garante de la Convención contra el Crimen Organizado Transnacional y los Protocolos al respecto, asiste a los Estados en la aplicación del Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata.
En su artículo 3, este Protocolo Disponible en inglés define la trata como la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos.
El Día Mundial contra la Trata fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la resolución A/RES/68/192.