Veo en redes sociales las imágenes de una “fiesta privada” en el balneario de Cachagua y me asalta una rabia enorme. ¿Cómo puede haber tamaña irresponsabilidad?
Es que horas antes encontré a un amigo en la calle y conversamos-discutimos unos momentos sobre la medida del gobierno de otorgar permisos para que las personas y familias puedan salir de vacaciones. El asegura que es una señal contradictoria y que confunde a la gente, y que en su opinión tiene un fuerte componente económico, para favorecer a comunas y localidades del borde costero que sufren por la ausencia de turismo en este verano.
Coincido en mucho con él , aunque le digo que en esta pandemia, que tiene a millones de personas confinadas en sus hogares, sometidas a un estress creciente, por la incertidumbre del futuro , el problema mental es tanto o más grave que el físico. Más aun cuando muchas veces somatizamos lo que nos afecta en la mente.
Yo veo que eso me ha ido pasando de manera gradual, el sentir ese estrés y la impotencia para combatirlo. Y observar además que el grupo familiar está sufriendo el mismo problema, o aun peor.
Por eso veo en esta medida, en la autorización de abandonar su ciudad de origen para irse a un lugar mas lejano – a una playa, a la montaña, al campo, etc – para relajarse, alejarse de las aglomeraciones, de los riesgos de contagios. Respirar verdadero aire puro, contacto con la naturaleza, ver atardeceres, bañarse en el mar, jugar en una playa, sumergirse en las aguas de un rio o un lago, en fin. Y unas semanas más tarde regresar a la ciudad con las baterías recargadas a asumir lo que viene no me merece reparos, al contrario.
Sin embargo observar a esos muchachos mal entendiendo esto, lo dedican a hacer “fiestas privadas” ,como las llamó un medio de comunicación , me indigna. Pienso que estos jóvenes no han entendido nada, que sus padres no han entendido nada, y con esa actitud no vamos a llegar a ninguna parte.
El Gobierno anuncia querellas, la Municipalidad anuncia querellas, todo el mundo amenaza querellas, como si eso sirviera de algo. ¿Multas? ¡Que va, los papitos firman un cheque y listo! Mientras ellos se deben estar riendo del alboroto que se ha armado con su niñería.
Sé que no sirve de nada indignarse, sólo que se te irrite más el Colon, o se te inflame el hígado, o algo así. En especial cuando recuerdo a esos amigos que este maldito bicho se ha llevado en los últimos meses, y el dolor de sus familias que los extrañan.
Perdónenme pero solo quería desahogarme. Sólo eso, desahogarme.
M.B.I
