En la oportunidad el autor, profesor Fernando Ortiz, fue entrevistado por el conocido periodista Cristián Warnken, en actividad realizada en el Parque del Recuerdo de Santiago.
Participaron en el concurso organizado en forma conjunta por la Corporación 3xi y Parque del Recuerdo más de 1.700 trabajos de todos los puntos del país.
El jurado estuvo integrado por Rosabetty Muñoz, Elvira Hernández, Paula Ilabaca, Vivian Lavin y los premios nacionales de literatura Raúl Zurita, Manuel Silva Acevedo y Elicura Chihuailaf.
En definitiva fueron entregados siete premios cuyos autores recibieron un estímulo en dinero efectivo. Entre ellos estuvo Fernando Ortiz con su obra “De la admirable pintura de Mantegna”.
Para Fernando Ortiz, “un poeta menor de 76 años” (como el mismo se describe) ese premio es como haber obtenido el Premio Nacional o Regional de Literatura.
Durante la entrevista con Cristián Warnken, nos cuenta Ortiz, se habló de poesía, de los orígenes de mi «vocación poética», de las influencias recibidas, etc.
Fernando Ortiz Carvajal nació en Sotaquí el 10 de agosto de 1944. Casado, tres hijos: dos mujeres y un hombre. Realizó sus estudios primarios y secundarios en Ovalle, en la Escuela N.º 3 y Liceo “Alejandro Álvarez Jofré”, respectivamente, y los estudios superiores en la Universidad de Chile, sede La Serena.
Una vez egresado como profesor de Estado en Castellano se desempeñó como profesor básico en la escuela Parroquial de Ovalle; posteriormente profesor rural interino; y luego como profesor de Castellano y filosofía en el Liceo de Niñas, colegio La Providencia y colegio Amalia Errázuriz de Ovalle. Posteriormente, entre los años 1993-1996 como profesor de Castellano en el Liceo Presidente Eduardo Frey Montalva de Monte Patria.
De manera paralela colaboró en los diarios La Provincia y El Limarí.
“Difícil para mí definir lo que es poesía. Es un misterio, tanto que teniendo como instrumento al lenguaje, el lenguaje mismo se niega a definirlo.
Como actualización de la experiencia poética, el poema que leemos, que está en nuestras manos y ante nuestros ojos, es como el juguete de un niño, al que no le interesa saber cómo funciona, sino seguir asombrándose frente a él. Si se lograra “desarmar” este arte que es la poesía, perdería ella su misterio, su capacidad de maravillarnos.
Admiro, leo y vuelvo a leer a los poetas chilenos: Jorge Teillier, Efraín Barquero, Miguel Arteche, Humberto Díaz Casanueva, Enrique Lihn, Raúl Zurita”, dice el autor ovallino en una entrevista que se prolongó durante media hora.
