Señor Director:
El Premio Nacional de Literatura 2002, Volodia Teitelboim Volosky, consigna en sus memorias que cuando cayó la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo (en 1931) y retornó la democracia, “los que lucharon y fueron reprimidos o desterrados quedaron al margen. Los trabajadores no tuvieron mejoramiento. Los que no habían padecido ninguna molestia real crearon la Orden Nobiliaria de ‘Los perseguidos por la dictadura’, notable por su voracidad” (Un muchacho del siglo XX, Editorial Universitaria, Santiago, 2006, p. 233).
No deja de tener algo de razón Jorge Luis Borges cuando afirma que la historia es pródiga en ironías y que se complace en simetrías.
Luis R. Oro Tapia
Carén, comuna de Monte Patria
