InicioultimasOpinión¡Por favor no sigan pidiendo cuarentena!

¡Por favor no sigan pidiendo cuarentena!

Un lector, pequeño comerciante, nos ruega que “no sigamos pidiendo cuarentena para Ovalle”, porque  eso lo obligaría a cerrar definitivamente su negocio.

Es que el estallido social (en rigor, fueron grupos minoritarios de violentistas) dejó a muchos pequeños comerciantes del sector céntrico de la ciudad a medio morir saltando, con sus emprendimientos pendiendo de un hilo. Y tras esto, llega la pandemia y  ahora la amenaza de una Cuarentena para Ovalle.

Le explicamos que nosotros “no pedimos” la Cuarentena, sino que lo hicieron esas miles de personas que  en los últimos días salieron al centro a hacer adquisiciones, arriesgando un contagio. La mayoría de ellas innecesariamente.

Unos lo hicieron aprovechando el pago del 10 % de sus ahorros previsionales para hacer compras de primera necesidad y saldar deudas atrasadas, y otros para comprar algo para sus hijos en la celebración del Día del Niño. O por ambas cosas.

Otros ni por una ni por otra cosa, sino, como se dice  salieron  sólo “por joder”.

Son esas mismas personas a las que no les preocupa contagiarse (eso les pasa a otros, no a ellos) , ni llevar un contagio a sus casas que afectaría a sus padres, abuelos o personas enfermas que podrían fallecer como consecuencia final.  Y peor aún, tener una agonía terrible, sin la compañía de sus seres queridos para que les cojan una mano en esos momentos.

No, eso a ellos no les importa.

Hay unos que insisten que esto es un montaje del Gobierno (en realidad de todos los gobiernos, de derechas, centro e izquierda que se pusieron de acuerdo), y suben a las redes sociales mensajes y videos de expertos que mencionan teorías de conspiración global. Otros que lo hacen simplemente por ir contra la corriente, que no obedecen instrucciones, sugerencias o ruegos de autoridades.

Y ahí están en el centro o en calles aledañas, en los parques, sin mascarillas o con ella mal puesta.

Son ellos los que están pidiendo la cuarentena, a gritos.

Es que a ellos, si no les importa la salud y la vida de sus seres queridos, menos les va a importar la situación de cientos de pequeños comerciantes que corren el riesgo de cerrar si esto no puede seguir funcionando de manera normal.

Porque esta medida, que debería ser la solución más racional para abordar el problema – cortando el tránsito de personas y las aglomeraciones en los lugares públicos, reduciendo proporcionalmente los riesgos de contagios – sin embargo tiene efectos colaterales como estos. Que cientos de personas y quienes trabajan con ellos, pierdan su fuente de sustento.

Quizás, así como se trabaja en la fabricación de una vacuna contra el coronavirus. Se debería hacer otra para recuperar la sensatez.

Pero, bueno, eso ya es ciencia ficción. Pues no existe   vacuna contra la estupidez humana.

M.B.I.

OvalleHoy.cl