Un individuo salió huyendo desde una librería de calle Libertad y se dirigió hacia la ladera del cerro, donde minutos más tarde fue detenido por carabineros. Según los dependientes había hurtado una especie y escapó al ser descubierto.
Al revisarlo se le encontró en su poder un juego de plumones avaluados en la suma de $ 990, y aunque el detenido rejuró que eran de su propiedad, fue detenido y acusado del delito de hurto falta.
El problema para el detenido identificado como Pedro Segundo Olea Leiva, 39 años, domiciliado en Media Hacienda, es que mantenía una orden de detención reciente, del 19 de febrero, pues no se presentó a cumplir una condena por un delito anterior.
Según el tribunal, Olea Leiva, el 15 de enero de este año, acompañado del menor E.M.E. C.V, ingresaron a un local comercial ubicado en calle Riquelme de esta ciudad y se apoderaron de 13 paquetes de calcetines de diferentes colores y 13 calzoncillos tipo bóxer de diferentes colores , avaluados en la suma de $45.000,que introdujeron en una mochila.
No alcanzaron a ir muy lejos sin embargo porque fueron detenidos minutos más tarde por carabineros.
Acusados del delito de hurto, fueron encontrados culpables y mientras el menor recibió una sanción del pago de una UTM de multa, Pedro Olea fue sentenciado a pagar 2 UTM de multa y a cumplir 31 días de reclusión efectiva por su largo prontuario delictual.
Sin embargo el adulto no se presentó a cumplir la condena, ordenándose su detención.
Un par de días más tarde volvió a caer, esta vez por un simple juego de plumones que no alcanzaban a costar $ 1.000.
El magistrado dispuso que pasara a cumplir de inmediato la pena anterior, y conmutó la sentencia de una UTM de multa por el hurto del plumón , por el equivalente de trabajo comunitario.
En realidad fue él mismo el que propuso la sentencia al tribunal, es que ha estado tanto tiempo en esas salas que ya se sabe los procedimientos penales al revés y al derecho.
