InicioOpiniónBlogs / ColumnasProyecto de ley de kínder obligatorio.

Proyecto de ley de kínder obligatorio.

Durante el inicio del segundo semestre del presente año 2021, la política añeja, esa que rechaza una propuesta sólo porque no surgió de su “sector” cobró una nueva “víctima”, y estos son los miles de niños que hoy se encuentran fuera del sistema educativo preescolar o aquellos que si bien están insertos tienen un alto nivel de ausentismo.

Los parlamentarios de oposición de la comisión mixta conformada por ambas comisiones parlamentarias de educación, prefirieron quedarse en esa postura absurda y dañina para miles de niños que dar el visto bueno a una Ley que sólo acarrearía beneficios para miles de niños hoy descolarizados o con escolarización “intermitente” y para que hablar del Colegio de Profesores, que ante esta ley y su rechazo guardó absoluto silencio, pero la verdad es que, que se puede esperar del Colegio de Profesores y varios otros Colegios más de profesionales en nuestro país, que desde hace años dejaron de ser lo que eran y que para ellos prima el privilegiar su agenda ideológica, más que el mayor y mejor interés de la comunidad, del bien común.

Es cuestión de observar las declaraciones de su presidente cuando se indica por parte de la autoridad el eventual retorno a clases de forma presencial, gradual, segura y voluntaria, ahí sí saca fuertemente la voz, con argumentos cada vez más diversos ante la caída de los mismos por el “cambio” de circunstancias.

Este proyecto de ley, era fundamental para que se avanzara en un sistema educativo más equitativo, pues se pretendía invertir más recursos en la educación parvularia y hacerse cargo de más de 6.000 nuevos niños que al día de hoy se encuentran fuera del sistema preescolar, que como todos sabemos esta etapa educacional es la más crítica en la gestación de una brecha educacional entre los niños, ya que al estar ante los años de su más tierna infancia; nos encontramos en la etapa donde se gestan las diversas habilidades cognitivas, sociales, emocionales, que de no abordarse tempranamente y de manera satisfactoria, propiciaran a fortalecer aún más aquellas brechas culturales y sociales de los niños y niñas que tienen orígenes económicos dispares.

Junto con lo anterior, se buscaba de igual manera evitar la intermitencia en la asistencia de más del 66% de los estudiantes que estando dentro del sistema, faltaban a clases de manera regular y sin mencionar la fuerte deserción debido a la pandemia y la limitada posibilidad de avanzar hacia una mejor calidad de la educación y si a eso le sumamos las declaraciones de ciertos constituyentes en la línea de eliminar la educación particular subvencionada o restringir la libertad  de enseñanza, como también el término del financiamiento estatal que pretende imponer el candidato ganador de las primarias de Apruebo Dignidad de salir electo Presidente de la República, nos encontraríamos frente a políticas contrarias a lo que como país nos hemos comprometido y suscrito en los diversos tratados internacionales que abordan el tema y que se encuentran firmes y ratificados por Chile.

En consecuencia, nuestra Constitución debe respetar la libertad de enseñanza en la misma medida que el derecho a la educación, ambos como derechos fundamentales, tal y como hoy se encuentran consagrados en nuestra Carta Magna. Por lo que las declaraciones de ciertos constituyentes además de develar un escenario poco auspicioso en sus primeras semanas de “trabajo”, no dejan más que pensar que obedecen más bien a un “show mediático”, que, a otra cosa, pues no han hecho más que imponer nuevas reglas, incumplir y desconocer las normas preestablecidas.

No se debe permitir que estos gustitos personales de ciertas personas (constituyentes, aspirantes a la presidencia), se impongan sobre las necesidades de nuestros niños y que tampoco los gremios copados por la izquierda radical, impidan avanzar en los desafíos que aún presenta la educación chilena. Más teniendo presente que esta juega un papel fundamental en la sociedad, pues todo país que pretenda progresar socialmente y ser cada día más justo, más equitativo, más libre, debe invertir recursos humanos, económicos y tecnológicos en su sistema educativo, así que no nos quedemos en el silencio cómplice y exijamos que se cumplan las reglas pre establecidas y votemos en conciencia por lo mejor para Chile.

Susana Verdugo Baraona.

OvalleHoy.cl