InicioultimasOpinión¡Puchas que es difícil hacer un regalo a la nieta!!

¡Puchas que es difícil hacer un regalo a la nieta!!

Salí a la calle para buscar un regalo para el cumpleaños de mi nieta menor. ¿Pero qué regalar a una niña de un año, me preguntaba mientras caminaba.

–    Un juego de tacitas… a ella le encanta jugar con cosas así – me sugirió la Gorda, mi esposa, antes de salir.

–    ¡Estas loco!- refutó una amiga que está en la onda “lucha de géneros” – Eso la inducirá a ser la típica dueña de casa , encerrada en la casa entre sus ollas, barriendo y haciendo las camas y preparando la comida para cuando llegue el macho de la casa. ¡Por ningún motivo!.

Y agrega casi sin respiro:

–    Ahí tienes como están las mujeres hoy en Chile. ¿O no lees la prensa, no ves las noticias de la televisión? No pasa un día en el que no hay una denuncia de una mujer golpeada o muerta por su pareja. No, ollas, tacitas no.

Me alejé inmerso en mis dudas. Tal vez tenía razón. Uno pretende para sus hijos y nietos un futuro brillante. Tal vez la universidad, una carrera, una profesión liberal, etc.

Me reúno en el café con unos amigos y se lo comento.

–    ¿Qué edad tiene? ¿Un año? Entonces regálale un juego de Barbi. A mis nietas les encantan las barbies, y juegan todo el día con sus amiguitas. No falla – dice el compadre Ramón, que tiene experiencia en nietas.

Pero salta el Guido:

–    No, no no. Yo le prohíbo a mis hijas jugar con Barbis. ¿O quieres crear una «princesita», de esas que sueñan toda la vida que llegue su príncipe azul a solucionarles los problemas? Tienes que criar una luchadora, una guerrera, que sepa valerse por sí misma y no depender de otros.

–    Pero si toda la vida se le ha regalado muñecas a las niñas! – argumento.

De regreso a la casa me detengo en la vitrina de venta de artículos electrónicos. Talvez pueda ser un teléfono celular . Ella todo el día juega con mi equipo, y en la noche la mamá le pone un video en el celular para hacerla dormir.

–    No, no, no.. ¿para que ande igual que tus hijas, todo el día pegado al celular? Para que se acueste con el celular debajo de la almohada y al desayuno, almuerzo y  comida, en lugar de conversar con la familia se la pase pegada al celular. ¿Eso es lo que quieres? – me dice la Gorda cuando le consulto de regreso a la casa.

Agrega que porqué no veo a los «tontorrones” caminando por la calle cazando pokemones, o los que parecen zombies, o autómatas, la mirada hacia adentro, escuchando la música de los audífonos, o chateando con los amigos.

–    ¿Y no te acuerdas cuando a la niña la pillaron con el celular en la clase y me llamaron a  la escuela? ¡Claro, como la vergüenza la tuve que pasar yo!.

Puchas, reflexiono, que es difícil hacer regalos a las nietas y darle en el gusto a todo el mundo.

Cuando niño mis padres se la traían más fácil: una pelota de futbol para los varones y una muñeca o un juego de ollas para mis hermanas.
Recuerdo que en una Navidad me regalaron un hermoso juego de comando: con un M-16, casco con malla incluida, cantimplora, y bayoneta, con el que anduve revolcándome por el bosque un verano completo, haciendo punto y codo cazando soldados enemigos ocultos entre la espesura.

Hoy no habría faltado el que hubiera censurado a mi padre:

–    ¡Pero como se te ocurre! ¡Que mentalidad! ¿Quieres formar a tus hijos  para la solución armada y violenta de los conflictos?.

No sé como no salí terrorista o militar golpista, pienso.

Y aquí estoy, todavía tratando de resolver que le regalaré a la nieta, sin que eso merezca el repudio de mi entorno.

Tal vez sirva un vestidito verde oscuro que vi en una tienda del centro. O unos zapatos. Bueno, para salir del paso.

No quiero traumar a la niña para toda la vida y después me pese en la conciencia.

Mario Banic Illanes
Escritor

OvalleHoy.cl