Sentimientos contrastados despiertan las cifras de personas que en este mes de diciembre han optado como destino de sus permisos de vacaciones a la comuna de Ovalle.
Según las cifras oficiales entre el 4 de enero hasta el lunes 18 la región de Coquimbo ocupaba el cuarto lugar en las preferencias de los turistas después de Valparaíso, Araucanía y Región Metropolitana. Nuestra región acumula 75.490, lo que equivale a un 11,1% del total nacional.
En lo que se refiere a la región de Coquimbo , mientras Coquimbo tiene 32.584 preferencias ((4,8%), La Serena 24.848 (3.66 %) nuestra provincia del Limarí acumula 3. 963 preferencias. Esto es 0.43%).
Estas cifras deberían resultar desalentadoras para quienes ofrecen servicios turísticos y ven que sus ingresos económicos no serán suficientes para salvar la temporada. O para quienes aspiran que Ovalle y en general el Limarí se convierta en un destino turistico atractivo.
Pero por otra parte , estas cifras son recibidas con alivio por muchos que observan con preocupación la llegada de una avalancha de personas extrañas a la zona, más aun si provienen de zonas con altos contagios de Covid-19, porque eso podría significar aumento de personas enfermas en la zona, fallecidos o, por último, un endurecimiento de las medidas restrictivas.
Hay otra posición alternativa, sin embargo que parece mas racional: que trata de conciliar ambas posibilidades, garantizando el derecho que tienen las personas para disfrutar de sus vacaciones para liberar el alto estrés a que han sido sometidos en los últimos meses, pero al mismo tiempo creando condiciones de una relativa mayor seguridad para los habitantes de la zona.
Este es que para la autorización de permisos de vacaciones, el solicitante tenga que exhibir un certificado PCR negativo actualizado, que reduzca la posibilidad del traslado de contagios de una zona a otra.
Esto, desde luego, no da garantías totales, aunque disminuiría posibilidades de contagios y que unos y otros tengan un mayor porcentaje de seguridad.
Y que no se tenga que dar este contrasentido que unos digan, “qué bueno que vengan”, pero que los otros retruquen, “pero mejor que no”.
M.B.I.
