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Que el Señor siga bendiciendo a cada profesor

Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida. (Pitágoras)

Pienso que lo más noble en este día es admirar con orgullo a las personas que de una u otra manera tienen el gozo de entregar, enseñar a los niños y niñas la formación desde sus inicios en las aulas, mostrándoles con ejemplos las letras, números y conocimientos para trasvasijar sus conocimientos, para que en el día de mañana sean hombres y mujeres que logren en la vida salir adelante y sean personas de bien.

A los profesores cada día se les hace más difícil lograr los objetivos propuestos ya que con tanta información que llega en forma rápida y la falta de interés por desarrollar instancias que conllevan a saltar tantas vallas que se ponen en el camino no pueden canalizar con éxito los stand eres propuestos.

Hoy se cuestiona la enseñanza a las personas que por vocación entregan con abnegación su tiempo y conocimiento, que muchas veces son incomprendidos o maltratados por sistemas impuestos.

Que no son valorados por la gran gestión  que realizan; en que tienen que estar largas horas para preparar y después entregar online y muchos de ellos adecuarse a este nuevo sistema de enseñanza.

Siempre he admirado con asombro a tantas personas que por mi vida fueron mis profesores desde mis primeras letras con la Srta. Lía Contador en la Escuela 7 de Ovalle, el señor Ceballos en el Liceo Hombres de Ovalle, luego en el Colegio salesiano Juan Bosco de Santiago, Padre Maureira, Padre Acuña, Padre Alonso, Sr. Vidal, Sr. Scaf y tantos otros que solo queda agradecerles porque su entrega ya que en ellos quiero con emoción brindarles un cariñoso saludo, en especial a mis sobrinos Raúl, Iris, Andrea, Rosita, Fresia y mi hija Yasmin; las cuales también han tomado esta carrera y han volcado sus vidas a la enseñanza.

Pero no puedo dejar de mencionar a tantos profesores y profesoras que han pasado u otros que siguen trabajando en el Colegio Sagrados Corazones de Manquehue he sido testigo del gran esfuerzo que han realizado y siguen realizando a lo largo de estos años a ellos también quiero hacer extensivo este reconocimiento; no quiero nombrar a alguno porque podría desmerecer a otros solo humildemente agradecer su abnegación sobretodo en este tiempo de pandemia.

La nobleza y el temple de tantos hombres y mujeres que recorren kilómetros y kilómetros para también llegar a los rincones más recónditos entregar a esos niños y niñas la formación necesaria u otros en sectores conflictivos, muchas veces no comprendemos o criticamos sin tener el conocimiento necesario a la labor desempeñada de estos hombres y mujeres que han sido un baluarte para este país porque han formado y seguirán formando a las nuevas generaciones.

Solo queda darles un corazón grande para que nos les duela muchas veces la ingratitud y que se nutran del amor ese que no hace distinción, fortalécelos con la alegría y el entusiasmo para borrar las huellas del cansancio que muchas veces llegan a sus casas.

Que siempre sean constantes en la entrega para que también multipliquen el esfuerzo de saberse amados por este Dios de amor.

Porque ellos han entendido en su vida que hay más alegría “en dar que en recibir”, gracias Señor por despertar en ellos el deseo de servir, siendo  un profesor amigo y acogedor para que su servicio sea ejemplo para otros que todavía no reconocen lo que estos hombres y mujeres han desarrollado en la vida de muchos de sus alumnos y alumnas que al igual que Jesús fueron formando a sus discípulos y discípulas.

Que el Señor les siga bendiciendo a cada profesor(a), maestro(a), educador(a) con el amor y la gratitud.                                                      

 Hugo Ramírez Cordova.

OvalleHoy.cl