Lo más probable es que crea todo lo que le diga la persona que la llama y atienda a sus requerimientos, incluido depositar en una cuenta alrededor de $ 1.300.000 para reparar daños.
Todo se inició el 9 de noviembre del año pasado aproximadamente a las 14.00 horas cuando Y.N.M.J. recibió en su domicilio de la población Fray Jorge el llamado telefónico de un sobrino ( o quien decía serlo) informando que había sufrido un accidente en la Ruta 5 Norte y había causado importantes daños. La puso en comunicación con otros dos sujetos que decían ser un Teniente de carreteras de carabineros, y un fiscal, en el que ratificaban la información y de la necesidad de efectuar algunos pagos para dejarlo en libertad.
Fue así que ella, de buena fe creyó el cuento, e hizo cinco depósitos en cuentas RUT: dos por un total de $ 600.000 a nombre de Enrique Campos Valenzuela; otro por $ 400.000 a nombre de Claudia Cabrera Valenzuela, y otros dos de $ 150.000 cada uno a nombre de arina Zúñiga Vargas.
En definitiva, resultó que el sobrino no había sufrido un accidente, y que la buena señora había sido víctima de una estafa conocida como el “cuento del tío” por la no despreciable suma de $ 1.298.000.
En los meses siguientes fueron ubicados y formalizados los tres titulares de las cuentas mencionadas, todos con domicilio en la Región Metropolitana, los que están siendo acusados por el delito de estafa,
La última en serlo fue Karina Andrea Zúñiga Vargas, con residencia en Lampa contra quien hoy lunes en el Juzgado de Garantía de Ovalle se cerró la investigación por el delito de estafa.
Ella, así como sus otros dos cómplices, en las próximas semanas serán juzgados por la responsabilidad que tienen en estos hechos, aunque difícilmente la “tía” recupere su dinero.
Reiteramos los consejos entregados hace unos días a nuestro diario por Raúl Muñoz Comisario de la PDI de Ovalle, “al delincuente le interesa no perder el contacto telefónico para poder mantener la mentira hasta recibir el deposito que esperan”.
Por esto lo importante, agrega, es cortar inmediatamente y comunicarse con la persona supuestamente involucrada en el hecho que motiva la llamada.
En las últimas dos semanas tres casos similares han sido vistos en el tribunal de Ovalle en el que mueres han sido víctimas de cuantiosas estafas utilizando el mismo sistema. Generalmente es un recluso en una prisión de Santiago que contacta a sus víctimas, y luego utiliza “palos blancos” en el exterior para recibir los depósitos bancarios. Habitualmente son estos cómplices los que son ubicados y detenidos por la policía.
