InicioultimasOpinión¿Quién paga el daño moral ocasionado a la ciudad de Ovalle?

¿Quién paga el daño moral ocasionado a la ciudad de Ovalle?

Los alcances de lo ocurrido con Club de Deportes Ovalle  deben ser estudiados a fondo y deben entablarse todos los recursos para que dicho daño infringido a la ciudad sea reparado.

La decisión de la 2da Sala del Tribunal de Disciplina de la ANFP, castigando a Club Deportes Ovalle al descenso a Tercera División, tiene aristas que no deben ser soslayadas y sus dirigentes no han dimensionado, en su justa medida, los alcances de la falta en que ha incurrido la empresa detrás del equipo.

Abogados ovallinos están estudiando la situación y señalan que el daño causado a la imagen de la ciudad es incalculable. El Daño Moral es concebido como “el dolor, pesar o molestia que sufre una persona en su sensibilidad física, en sus sentimientos o afectos o en su calidad de vida”. En la doctrina moderna es reformulado y hoy es definido como “todo daño no patrimonial, capaz de comprender otros menoscabos que no admiten apreciación pecuniaria directa, como, por ejemplo, el daño corporal o biológico, el daño a derechos de la personalidad, el perjuicio estético o la pérdida del gusto vital”.

A raíz del incumplimiento contractual de la SADP (al no pagar las imposiciones oportuna y fidedignamente, en su carácter de Empleador) han producido dicho Daño Moral en primer lugar a los jugadores y al cuerpo técnico, principales trabajadores de la empresa; en segundo término, a los socios inscritos regularmente en los registros del Club.

En tercer lugar, a todos quienes sufrieron un menoscabo moral, «sufrimiento mental y psicológico manifestado, entre otras expresiones, en la angustia, la ansiedad y el desequilibrio emocional» que implica el descender a Tercera División, pese a que el equipo deportivamente había rendido en forma categórica y positiva.

Y, finalmente, a la Ilustre Municipalidad de Ovalle, por ser la representante de la comuna. Cabe recordar que el equipo, cuando recorre el país en los distintos torneos, es representante de este centro poblado (y no de otro), por ende, de cada uno de los ovallinos dispersos por todo el territorio nacional.

Los alcances de esta situación deben ser estudiados a fondo y deben entablarse todos los recursos para que dicho daño infringido a la ciudad sea reparado en la medida justa.

Ante la indiferencia de la SADP para con los ovallinos, una de las mejores respuestas que se puede tener para demostrar que Club Deportes Ovalle le pertenece a la ciudad y no a su controlador es, precisamente, llenar el estadio municipal de Punitaqui este fin de semana.

De esta forma se le da un espaldarazo (y reconocimiento) a los jugadores y cuerpo técnico y damos una señal al país, porque Ovalle no es la sociedad anónima que controla el club, sino que es su gente, identificada con ese puñado de jugadores, que en el próximo partido saldrán a jugar por el HONOR de representar a su ciudad.

Angelo Lancellotti González

Periodista

OvalleHoy.cl